Es tan importante ayudar como dejar que te ayuden. A la hora de evangelizar sólo pensamos en ayudar y servir, pero, ¿y los que son servidos? ¿No son ellos parte importante y necesaria para que el servicio se pueda dar y el amor cristalizar? Darnos cuenta de esa realidad nos pueda ayudar mucho.
Es
la misión de los pobres, dar la oportunidad a otros de poder servir, de
poder ayudar, de poder darse en amor. Es el descubrimiento de la
comunidad, la necesidad de vivir comunitariamente para tener la
posibilidad de hacerte amor. Y te haces cuando sirves, cuando entregas
tu esfuerzo, tu trabajo, tu servicio...
Quizás
Jesús nos quiere decir eso con el lavatorio de los pies. Se necesitan
tener pies para lavar, y esos pies están en los pobres. No pobres sólo
por carencias de todo, sino pobres que, aun teniendo de todo, tengan la
humildad de poner sus pies para ser lavados.
Y pobres que necesitan ser escuchados, no silenciados y excluidos. Son los niños que viven en el seno de sus madres. Son necesarios para ser atendidos por muchas personas que necesitan servir y muchos ganarse incluso su sustento en ese servicio, ya sea profesional o voluntario. Porque el amor necesita oportunidades para poderse materializar. Nadie tiene derecho a excluir a nadie por sus limitaciones físicas o intelectuales. Todos son, además de personas, necesarios y útiles para la convivencia y la solidaridad.
Es tan solidario quien aporta como los que reciben esa aportación. Un ejemplo que descubre esa realidad es el programa "Entre todos" de la tve - primera cadena. Se experimenta como las personas se sienten llamadas a colaborar, a participar y manifiestan que lo necesitan. Sienten la necesidad de experimentarse amor y poder llevarlo a la practica.
La vida nos pertenece a todos, porque el efecto de ayuda mutua y comunitaria por conservarla de unos a otros es el amor. Él nos hace sentirnos felices y eternos en el Señor.
Y pobres que necesitan ser escuchados, no silenciados y excluidos. Son los niños que viven en el seno de sus madres. Son necesarios para ser atendidos por muchas personas que necesitan servir y muchos ganarse incluso su sustento en ese servicio, ya sea profesional o voluntario. Porque el amor necesita oportunidades para poderse materializar. Nadie tiene derecho a excluir a nadie por sus limitaciones físicas o intelectuales. Todos son, además de personas, necesarios y útiles para la convivencia y la solidaridad.
Es tan solidario quien aporta como los que reciben esa aportación. Un ejemplo que descubre esa realidad es el programa "Entre todos" de la tve - primera cadena. Se experimenta como las personas se sienten llamadas a colaborar, a participar y manifiestan que lo necesitan. Sienten la necesidad de experimentarse amor y poder llevarlo a la practica.
La vida nos pertenece a todos, porque el efecto de ayuda mutua y comunitaria por conservarla de unos a otros es el amor. Él nos hace sentirnos felices y eternos en el Señor.
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