SOBRE IMAGENES

Este blog toma las imágenes de Google - Pinterest - para sus reflexiones sobre inquietudes y otros acontecimientos alumbrados desde el Evangelio. Pide de antemano permiso para ello y de no ser así ruego ser avisado para retirarlas.
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miércoles, 13 de marzo de 2024

LA TERTULIA

        (continuación publicación del 090324)

        Manuel abrió la gaveta de la mesa de su escritorio y sacó una caja con muchas fotografías. Inmediatamente aparecieron recuerdos como imágenes que bailaban en su corazón. A veces se entristecía al ver que ya muchos de esos amigos habían fallecidos.

          Eran recuerdos múltiples que reflejaban diferentes épocas de su vida y de su juventud. ¡Cuántos amigos de cursillos de cristiandad y otros! ¡Cuántos han dejado enfriar sus corazones y amistad con aquel Jesús que conocieron en el cursillo! ¡Cuántos también han fallecidos! ¡Tiempos que han pasado y que no volverán!

          No pudo obviar aquellos hermosos momentos deportivos a la que las fotografías le remitían. Los recuerdos de los partidos de fútbol, de baloncesto, de futbolín, de pin-pon y de otros. Hermosos recuerdos de los que ya no quedan sino eso, recuerdos. Y de los que sientes nostalgia, pero nada más.

          Sin embargo, se paró un momento y guardó unos instantes de silencio. Luego, como volviendo en sí dijo. «Hay momentos diferentes. Momentos que parecen que se hacen presentes cuando los recuerdas, ¡y tan presentes!, que parece que te llenan de gozo y alegría. Experimentas paz y felicidad cuando los recuerdas. Tal y como si los vivieras de nuevo».

          Así me lo contaba un buen amigo cuando me dijo. Estando un día en horas de descanso y ocio, un compañero me invitó a que le acompañara a pescar. Era el tiempo de la mili. Cumplíamos el servicio militar en el ejército del aire, zona de batallón de mantenimiento. Sucedió que, después de almorzar, pasado un buen rato, marchamos a la zona de pesca – la Base estaba en la costa – y yo iba de acompañante y a pasar un buen rato.

          Manuel se detuvo y expresó deseos de agradecimiento y de alabanza a Dios.

          Al cabo de un buen rato, el compañero notó que la tanza se le había enroscado en algunas piedras y, después de varios intentos, cansado de no lograrlo, decidió lanzarse al agua para desenroscarla. Yo, me dijo el amigo, observaba tranquilo y despreocupado. Trataba de descansar y pasar un rato agradable. Sin embargo, después de un buen rato, observando al amigo que luchaba por desenroscar el anzuelo, vi que se decidió por abandonar el intento e irse hacia la playa para salir por la arena.

          Me resultó extraño, pero no le di mayor importancia. Sin embargo, cuando llegaba a la orilla, donde rompía las olas y se pisaba la arena, observé que el amigo no salía ni lograba ponerse de pie.  Pensaba que quizás jugaba y disfrutaba del baño, pero, pronto empecé a preocuparme hasta que oí la voz del compañero que me llamaba y pedía auxilio.

          Entonces, salí corriendo hacía la playa y pude alongarme con cuidado, porque donde rompían las olas era profundo, pues la playa no era horizontal, iniciaba un plano inclinado donde las olas rompían y no hacías pie. Pensé que, si me metía, me dijo el amigo, podía ser arrastrado por él y no poder salir ninguno de los dos.

          Recuerdo, continuaba, que tuve serenidad y paciencia, y me iba acercando con cuidado al mismo tiempo que le animaba a hacer el último esfuerzo. Estaba casi a punto de abandonar la lucha, pero, en uno de estos intentos pude agarrarle una mano y, también ayudado por las olas – porque no podía con su cuerpo ya sin fuerzas y derrumbado – tiré fuertemente de él y lo arrastré hasta la arena.

domingo, 10 de marzo de 2024

INMOVILISMO

Observo que hay muchos que parece que no adelantan. Están como inmovilizados en su crecimiento espiritual. Se han quedado con el vestido quizás de primera comunión, confirmación  adolescencia o juventud. O se han parado en su etapa de adulto.

Es verdad que hay muchos momentos en nuestra vida de que no avanzamos. Es más, parece que retrocedemos y permanecemos inmóviles a nuestro crecimiento espiritual. En otras palabras, nuestra conversión se bloquea, se estanca y deja de crecer. Y eso explica muchas cosas en nuestro proceder cristiano. Perseveramos en ese «erre que erre» de muchas actitudes cristianas.

Posiblemente suceda que le damos más importancia a la ley y cumplimientos, ya fue así en los tiempos pasados, que a la esencial y fundamental. Jesús no vino precisamente a cumplir ni a vivir apoyado en unas practicas y normas. Jesús vivió y cumplió esas prácticas y normas como consecuencia de su obediencia a su Padre. Su misión no estaba precisamente en cumplir, sino hacer que ese cumplimiento fuera consecuencia de un encuentro y relación con su Padre.

Un encuentro que trasciende hasta el extremo de amar misericordiosamente como el Padre le ama y que llega hasta el compromiso de entregar su Vida por ese amor.

Y eso es lo verdaderamente importante para el ser cristiano, nunca cerrar esos caminos – que pueden ser a través de esas prácticas – de encuentro. Un encuentro que nos lleva a amar y estar despierto ante el hermano que tenemos delante. Nunca aceptar que el dios soberbia, egoísta, dinero o de cualquier tipo, nos tiente y nos venza. Porque el único Dios es el Hijo que bautizado por Juan en el Jordán fue visitado por el Espíritu y presentado por el Padre como el Predilecto a quien debemos escuchar. Precisamente, el mismo Espíritu que recibimos nosotros en la hora de nuestro bautismo.

sábado, 9 de marzo de 2024

LA TERTULIA

 continuación publicación del (060324)

        Y digo esto porque somos testigos de la historia y debemos ir con la verdad por delante. En mi tiempo, desde los cuarenta en adelante la vida en España, destrozada por una guerra fratricida y disparatada, fue recuperándose poco a poco, y ganando en estructuras, bienestar, empleo y prosperidad. Se constituyó la Seguridad Social y se vivió en una actitud creciente que con el turismo alcanzó cuotas extraordinarias.

          Indudablemente que se pasó hambre y muchas injusticias, pero ¿es que ahora, en pleno siglo XXI, no se pasa hambre y hay muchas injusticias? Creo que debemos de asumir la historia de cada uno – derecha e izquierdas - y contar la verdad.

          Quienes aún conservan la cabeza sobre los hombros advierten con creciente claridad que la batalla de nuestra generación es la del derecho a decir la verdad; que la batalla de nuestra generación no es otra sino la que libra la libertad frente al mortal y poderoso Leviatán de la corrección política[1].

         

RECUERDOS


          Llega un momento en nuestra vida que vivimos de simples recuerdos. Experimentamos que ya no somos el mismo – maduramos, tanto corporal como espiritual ‒ y necesitamos recordar lo que fuimos. De ahí la gran importancia de conocer nuestra identidad, nuestros orígenes y nuestro ayer. Sin el ayer el hombre pierde su destino y el rumbo de su vida se desequilibra, se desorienta y se pierde en la oscuridad de su vida.

          ¡Qué hermoso es vivir! ¡Y pensar que hay mucha gente que, en algunas circunstancias, quieren quitarse la vida! Eso no es algo natural. Todos queremos vivir aunque, ¡por supuesto!, no queremos sufrir. Pero, la medicina está para eso, para aliviar nuestros sufrimientos, no para provocar nuestra muerte.

          ¿Cuál es el problema? La psicología lo trata desde muchos aspectos y diversas opiniones, pero, más allá de toda consideración psicológica la realidad, a mi manera de ver, se esconde detrás de un interés económico y político del que ya hemos hablado.

          Debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la tasa de fecundidad, la proporción de personas mayores de 60 años está aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad en casi todos los países occidentales. El envejecimiento de la población puede considerarse como un éxito de las políticas de salud pública y el desarrollo socioeconómico, pero también constituye un reto para la sociedad, que debe adaptarse a ello para mejorar al máximo la salud y la capacidad funcional de las personas mayores, así como su participación social y su seguridad.[2]

          Y eso molesta a los poderosos que se han propuesto ordenar un mundo para disfrute de ellos. Asumo que a mí también me puede seducir esa tentación adaptada a mis posibilidades de confort y seguridad. Es lo que precisamente le ocurrió a Jones en la Granja.

          El problema es que lo que intentan conseguir no nos lo van a decir como para que lo entendamos. A los animales de rebelión en la Granja se les puso entendimiento y voz, de otra forma no hubiesen notado nada. La persona humana si se da cuenta, pero buscaran la manera de sobornarla, entretenerla y distraerla dándole las drogas respectivas o tratando de que no le llegue información. Y si no despertamos nos encontraremos dentro de la granja sin darnos cuenta. Ejemplos a tu derredor hay. Abre los ojos y míralos, porque, esto no se arregla si tú no arrimas el hombro y despiertas.



[1] Eternamente Franco (Pedro Fernández Barbadillo)

[2] OMS. Envejecimiento [Internet]. Washington: OMS; 2015 [citado 23 Feb 2016]. Disponible en: http://www.who.int/topics/ageing/es/

miércoles, 6 de marzo de 2024

LA TERTULIA

 (continuación publicación del 020324)

           Y la gravedad pasa porque la sociedad, al menos gran parte de ella, se dé cuenta de la enfermedad y sepa encontrar el verdadero diagnóstico que le libere de tan grande peligro.

          —Tengo una duda, Manuel. Quisiera preguntarte sobre Franco, ¿no fue también un dictador como esos que has nombrado?

          —Supongo que sí, Pedro, pero hay grandes diferencias que tú y yo conocemos, no porque las hayamos leído en los libros, sino porque las hemos vivido.

          —¿Qué diferencias? —Preguntó Pedro algo extrañado.

          —Tú, ¿no estudiaste lo que quisiste? Tú, ¿nos aspirabas a crear una familia, educar a tus hijos en la libertad y en tus creencias? Es posible, supongo que lo estarás pensando, que la Iglesia en esos momentos fue dictatorial y obligaba a pasar por los sacramentos y fiscalizaba. Pero, no fue nunca con la intención de anular tu forma de pensar y libertad. Al final tu decidías tu camino.

           ¿Por qué?, me preguntarás. Pues, porque mi padre y mi madre no eran personas religiosas. Mi padre no fue nunca a la iglesia – supongo que cuando se casó - y mi madre alguna vez. Y mucha gente de la época se confesaba anticlerical. Por lo tanto, la dictadura no era muy fuerte. A eso me refiero.

          En el fondo la gente tenía trabajo. ¿Impuestos?, pocos, y vivían de acuerdo con sus posibilidades. Lo más notorio era que no dejaban hablar ni exaltar a nadie para evitar confrontaciones. Es decir, trataban de impedir que alguien encharcara el orden y la convivencia. Digamos que era una libertad controlada. Dentro de la ley, y sin perjudicar a nadie, hacías lo que querías.

          Hubo mucha gente que prosperaron y se situaron económicamente bien. ¿Qué quienes lo pasaron mal?, me preguntarás. Todos aquellos que no supieron perder y alimentaban el odio y la venganza armando jaleos y deseando encender la llama de las confrontaciones. Eso lo evitó Franco, y quizás esa es la fama que tiene de dictador.

          Y la prueba la tienes en los años que siguieron a la guerra. Los años cincuenta, sesenta, setenta…etc. fueron años de prosperidad y donde surgió la clase media. Hay muchas curiosidades que la gente no sabe, precisamente porque otros – la izquierda – se ha encargado que no se sepa. ¿No es eso dictadura?, ¡y de la fuerte!

          ¿Sabe usted que el bikini se autorizó en tiempos de Franco[1], cuando en Francia no estaba todavía permitido? La polémica (que Franco, según cuentan, denominó «la guerra del bikini»), desembocó en que Zaragoza no sólo legalizó el uso de esta prenda de baño sino que estableció sanciones contra aquellos que insultasen o importunasen a las mujeres que lucían bikinis tanto en la playa como por las calles de Benidorm. La ciudad se convirtió en un paraíso de libertad – quizás libertinaje - en la España católica de entonces, pero pronto llegaron los problemas. En 1953, según recordaba el propio Zaragoza, algunos vecinos del pueblo denunciaron el escándalo ante el arzobispo de Valencia, Marcelino Olaechea, quien inició el proceso para excomulgar al alcalde benidormense.

          Zaragoza buscó apoyos en otras instancias, habló con el obispo, con el gobernador civil de Alicante, con el ministro de Gobernación, pero nadie se atrevía a respaldarlo públicamente. Finalmente, según contaba él mismo, cogió su vespa y de madrugada partió para Madrid para hablar con el general Franco en persona. Tras más de ocho horas de viaje y una audiencia en el Palacio del Pardo, Zaragoza volvió a Benidorm con el consentimiento del mandatario. «Si quieres que la gente venga a tu pueblo para pasar sus vacaciones, tú debes estar preparado para acomodarlos, no sólo a ellos, sino también a sus culturas». Con esta filosofía, en palabras del exalcalde y compartida por muchos vecinos de la época, Benidorm se convirtió hace 6 décadas en la primera pasarela de bikinis «legal» del país.



[1] https://www.informacion.es/benidorm/2012/04/27/60-anos-bikini-benidorm-6827455.html

sábado, 2 de marzo de 2024

LA TERTULIA

 (continuación publicación del 290224)


         La película comienza en la Nochebuena de 1945, en la que George Bailey se dispone a suicidarse. Las oraciones por él, procedentes de los habitantes del pequeño pueblo de Bedford Falls, llegan al Cielo, donde una corte celestial se reúne para cumplir lo que le piden desde allí. La gente pide a Dios que se acuerde de George Bailey y le ayude a ser feliz. San José encarga el trabajo de ayudar a George Clarence, un ángel de segunda clase, que es el que más tiempo lleva intentando ganarse las alas. Antes de enviar a Clarence a la tierra, San José le muestra a través de diversos flashbacks lo que ha sido la vida de George Bailey. El primero es de 1919, cuando George tenía 12 años y salvó a su hermano pequeño Harry de morir ahogado tras haber caído a través del hielo a un lago helado. Debido a ello, perdió la audición en el oído izquierdo. También trabajaba en la farmacia del pueblo, donde observó que el farmacéutico, el Sr. Gower, entristecido por la muerte de su hijo debido a la gripe, había puesto accidentalmente veneno en la medicina para un niño. George logra evitarlo, pero el farmacéutico, antes de darse cuenta y agradecérselo, le da unos buenos golpes.

          En la graduación de Harry en 1928, George habla con la joven Mary Hatch, que estaba enamorada de él desde que eran niños. Sin embargo, George debe interrumpir su cita con Mary al recibir la noticia de la muerte de su padre. George debe posponer sus planes de viajar para encargarse de la compañía de empréstitos creada por su padre, destinada a dejar dinero a aquellas personas que no pueden, y gran competidora de Henry F. Potter, el hombre más rico del pueblo, un tiburón de los negocios que es dueño del banco, de la prensa, de los hoteles y de todos los negocios rentables de la ciudad. Como accionista, Potter solicita que la compañía de empréstitos se disuelva, pero George convence a la junta directiva de votar contra la propuesta de Potter. Ellos están de acuerdo con la condición de que sea George quien la dirija junto a su tío Billy, o la compañía se disolverá. 

          Y es eso – lo remarcado con letra negra y subrayada - sobre lo que quiero llamar la atención. Henry F. Potter es el poderoso del lugar y el que quiere controlar todo. ¿Para qué? Para tener a todos bajo su dominio y poder gobernar según sus caprichos, sus intereses y egoísmos. Y eso se parece mucho a lo que observo que está derivando nuestra sociedad de hoy. Y cuando hablo de sociedad me estoy refiriendo no solo a mi país sino a toda Europa y otras partes del mundo.

          —De alguna manera podemos decir ─agregó Pedro─ está película la podemos considerar como una obra profética. ¿No te parece, Manuel?

          —Sí, puede ser, pero esas circunstancias han ocurrido siempre en muchos momentos de la historia. Napoleón, Hitler, Stalin…etc. Pero, lo de ahora, quizás por los medios digitales al alcance, tiene un sentido más global y uniforme al pretender que todos pensemos de la misma forma, privándonos de la libertad.

          —Eso es mucho más grave, ¿no lo crees? —comentó Pedro.

          —Sí, realmente mucho más grave. Privarnos de la libertad de elegir y pensar lo que creamos que es mejor para nuestros hijos, para nuestra vida y para nosotros mismos, es esclavizarnos y privarnos del don de ser quienes realmente somos. Es quitarte tu identidad y el único y verdadero sentido de tu vida, que empieza por ser tú mismo y vivir de acuerdo con tu pasado, tus orígenes y tus propias convicciones. Sí, Pedro, eso es realmente grave.

jueves, 29 de febrero de 2024

LA TERTULIA

 (continuación publicación del 240224)

      —Posiblemente sea así. Siempre hay una inclinación, por simpatía, interés, parentesco, amistad, favores…etc., que condiciona la libertad ‒ que exige buscar la verdad y el bien ‒ del que tiene que elegir, votar o decidir justamente. De ahí nacen los enchufismos, los favoritismos y todo lo demás. Creo que lo comprendo, Manuel.

          —Y cuando se actúa con buena intención buscando la verdad y la justicia, a pesar de las equivocaciones, podemos cruzar los brazos. Pero, cuando esas elecciones o decisiones van mal intencionadas buscando intereses y beneficios económicos, pasionales, de poder, envidia o soberbia, el problema es mucho más serio y repercute en muchas personas.

           Creo, Pedro que ser libre cuesta mucho y exige estar en guardia cada día porque las tentaciones son muy grandes. Y es de eso de lo que se valen los poderosos y los interesados en globalizarlo todo cuando quieren controlar y ordenar un nuevo sistema de vida destruyendo incluso los valores naturales.

          Y esa es la razón por lo que la familia está en crisis y destruyéndose. Y también la fe religiosa, la identidad como país y, sobre todo, como hemos hablado, la libertad de pensar y de elegir según tus principios y convicciones. Te la quieren quitar impidiendo que te formes adecuadamente – ley de educación ‒.

          — ¿Coges la onda, Pedro?

        ¡Mira!, hay una película[1], realizada en el año 1046, y que se estrenó en España en el año 1948, que, al principio no parece que tuvo gran aceptación taquillera ni de acogida, pero, luego se ha convertido en un clásico del cine mundial. Desde aquí invito y sugiero a todos los que no la hayan visto que la vean. En ella está recogida esta intención que hoy, setenta y tantos años más tarde, parece que sigue gestándose, pero de forma más grave.



[1] Qué bello es vivir. una película estadounidense de 1946 dirigida y producida por Frank Capra, basada en el cuento de The Greatest Gift (El mayor regalo), escrito por Philip Van Doren Stern en 1939 y publicado de forma privada en 1943.2​ El filme es un clásico del cine estadounidense, y su emisión en televisión se ha convertido en toda una tradición navideña.

sábado, 24 de febrero de 2024

LA TERTULIA

 (continuación publicación del 210224)

                Lo que observamos a diario es a la gente haciendo ejercicios, caminando, los gimnasios llenos y una cierta preocupación por cuidar el cuerpo. Cuando hablo de la gente, corrigió Manuel, me refiero a la gran mayoría, pues hay minorías que tratan de cuidar ambas partes: cuerpo y alma.

          ¿Por qué digo esto? Porque, nuestro cuerpo por muchos cuidados que tengamos terminará – en el mejor de los casos – haciéndose viejo y destruyéndose, la muerte.

          —¿Y vale eso la pena?  ─dijo Manuel. Sí, es un deber y creo que tenemos que hacerlo, cuidar el cuerpo, pero, pregunto, ¿no es más importante el alma? ¿Y cómo es que la mayoría se preocupan más por cuidar el cuerpo y, casi nada o nada el alma? ¿Es esto normal, o es que el mundo, nuestro mundo, está enfermo?

          —Supongo ─comentó Pedro con cierta suavidad y tranquilidad─ que muchos lo hacen porque no creen que después de la muerte haya vida. Y, para ellos lo importante es lo inmediato, lo próximo y la satisfacción presente. Lo que vulgarmente se expresa con “vale más pájaro en mano que ciento volando”. O en términos más coloquiales y propio de nuestro argot lingüístico “papita asada, papita mamada”.

          —Así también lo creo yo. Aparte de eso que tú has dicho, yo añado falta de fe. O una fe muy débil que, a la primera de cambio, se la lleva el viento o la tempestad. Es esa semilla que lanzada a boleo cae a la orilla del camino y se la comen los pájaros, o ente abrojos y zarzas. Los agobios por las dificultades y también afanes de la vida les desvían del camino y no dan frutos.[1]

          El mundo es una gran tentación, siguió Manuel, y una batalla cada día. Muchos nos creemos libres y no entienden cuando le hablan de esclavitud. Ellos no son esclavos, son personas libres y, mientras no descubran su esclavitud no tendrán ningún motivo para luchar por la verdadera libertad.

          —Pero ¿qué es entonces la libertad? —planteó Pedro.

          —Algo que debemos descubrir cada día, porque en cada acto que realizamos tendremos que discernir muy bien si realmente somos libres o no. Posiblemente, tú y yo, Pedro, hemos hablado de la libertad, pero nunca el tema puede quedar cerrado, porque a cada instante se pueden plantear diferentes ángulos y puntos de vista para interpretarla.

          Por ejemplo, hablando de fútbol, una jugada de posible penalti. ¿Crees tú que un aficionado del equipo castigado con penalti, salvo que la acción sea muy clara, no está condicionado por su simpatía con ese su equipo? La polémica está servida. Y si eso lo extrapolas a otros campos o situaciones, ¿no crees que sucede lo mismo? ¿Dónde está la libertad para elegir sin ningún condicionante?



[1] Lc 8, 4-18

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