SOBRE IMAGENES

Este blog toma las imágenes de Google - Pinterest - para sus reflexiones sobre inquietudes y otros acontecimientos alumbrados desde el Evangelio. Pide de antemano permiso para ello y de no ser así ruego ser avisado para retirarlas.
Gracias.

lunes, 30 de enero de 2012

PERDER ES EVANGELIZAR


Digo que perder es evangenlizar desde el criterio de saber perder, porque aquel que sabe y entiende que hay momentos que se tiene que ocupar el puesto de perdedor, no siempre se gana, da y testimonia ejemplo de honestidad, de honorabilidad, de sinceridad, de justo y de comprensivo, así como de humildad y de sabiduría.

JESÚS fue el gran perdedor, perdedor para ganar, porque terminar, después de su brillante vida al servicio de los demás y de forma gratuita, por amor, terminar en una muerte de cruz, la peor bajeza de aquella época, no es para echar cohetes.

Prueba de ello fue el abandono de todos sus mejores amigos, sus seguidores fieles, dispuestos a dar su vida, alguno de ellos como Pedro, unos días antes. La desbandada fue bien notada, y a muchos, como los de Emaús, tuvo que acercarse para abrirles los ojos.

El amor es perdedor en primer instancia, porque sólo el que ama está dispuesto a aguardar pacientemente la espera de aquel que se obstina en querer ganar siempre, incluso en los momentos que el otro lo supera. Podemos aprender mucho de eso en el plano deportivo y competitivo. Todo los pleitos que, contradictoriamente, originan montañas de beneficios económicos, están apoyadas en las discusiones, muchas hasta fingidas, de unos que defienden el no querer aceptar la superioridad del otro, y los otros que en correspondencia defienden su superioridad.

Y esto lo podemos extrapolar a todos los niveles, situaciones, realidades y estamentos de nuestra sociedad. La lucha está en no querer perder nunca, y de esa obstinación nace la soberbia, la madre de todos los pecados. Así siempre habrá un pleito entre Barcelona- Madrid, que siendo bueno en su competencia, es malo cuando se llena de soberbia y habita la prepotencia. Y esto se extrapola a la política, los partidos, las comunidades, la religión, la justicia...etc. Nadie se siente perdedor, nadie quiere amar y, en consecuencia, perdonar y nacen las disputas y los líos.

De ese testimonio, nacerá el ejemplo, y tal como sea el ejemplo, sera la imitación. Y si se dice verdad y actúa en verdad, se imitará verdad y vivirá en verdad. Y si no, se vivirá en mentira. O lo que es lo mismo, sin un buen testimonio apoyado en la verdad no se podrá evangelizar. Sólo la palabra vivida en la verdad, dará testimonio de la Verdad. Y para eso en muchos momentos de la vida hay que saber perder.

jueves, 26 de enero de 2012

HAY MUCHAS PERSONAS INTELIGENTES, PERO...

eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.

Sí, así al menos lo parece. Hay muchas personas inteligentísimas que sus éxitos los avalan y lo reflejan. Desde la cima de los grandes triunfadores, tales como Stephen Hawking, Bill Gates...etc, hasta personas más sencillas que han cosechados triunfos, habilidades, prestigio y riquezas.

Son triunfadores que adquieren gran popularidad, influyen y gozas de un reconocido prestigio. Sin embargo, lo verdaderamente importante no es eso, porque si al final todos vamos a terminar mal, envejeciendo y descomponiéndonos, mal está en no pensar en algo más. Y digo pensar porque los animales no pueden plantearse esto que yo ahora planteo, ellos sólo viven y cuando se acabe esa vida, todo se ha consumado.

Nosotros, seres vivos racionales, pensamos, y nos proponemos metas, anhelos y esperanzas. Queremos eternizarnos y vivir gozosamente en plenitud de felicidad. Sentimos eso dentro de nosotros, y lo deseamos ardientemente. Será, pues, de inteligente buscar esa meta, porque de nada sirve lo otro. Simplemente, jugamos con cosas caducas.

Conclusión: Plantearnos metas de eternidad es lo único verdaderamente importante. Todo lo demás, aun gozando de importancia no puede compararse con eso. Por lo tanto, lo que dará la talla de nuestra inteligencia será el lugar donde tengamos colocado nuestro punto de mira, o dicho de otra forma, cual es nuestra verdadero Ideal.

Un ideal pequeño, apropiado para andar por este caduco mundo, o un Ideal Grande, de altos vuelos que nos prometan la esperanza de alcanzar la inmensidad eterna de la felicidad. Vale la pena pensarlo. 

lunes, 23 de enero de 2012

A PROPÓSITO DEL AMOR


No podemos perder de vista la realidad que nos rodea. Somos seres vivos, pero pensamos y sentimos deseos, afectos, y anhelamos realizarnos. Si no es así podemos llegar a sentirnos frustrados y hasta caer depresivos, desprovistos de motivaciones, sin ganas de vivir.

En ese momento la desesperanza hace presencia en nuestros sentimientos, y las causas de no superarla pueden ser fatales. En los años de nuestras juventud, los enamoramientos pueden confundirnos y llevarnos a situaciones de este tipo. Hace falta mucha paciencia y mucha fe, fe en las personas que están a tu lado, que, por su experiencia, te aconsejan de algo que ellos ya han vivido y, muchos, experimentado o conocido en otros cercanos.

Todo desespero, y apurar y dar rienda suelta a los deseos y afectos, apurando la convivencia de la pareja bajo la experiencia de experimentar nuestra vida en común, es empezar a construir el edificio por el techo, porque no es la satisfacción, el sexo ni los afectos lo que va a consolidad el verdadero amor. Experimentamos nuestra atracción y empatía, pero, ¿nos soportamos?, estamos dispuesto a eso en nuestros momentos de desierto? ¿Y cuando afloje la atracción y los afectos, y se hagan rutinaria? ¿Qué ocurrirá? ¿No es aconsejable empezar primero por lo primero y ponernos a prueba?

El amor, en mi humilde opinión, es algo que nace, se alimenta, vive y nunca muere, pero en muchas situaciones puede morir. Su esencia es el "dar", y su característica, "siempre", pero puede perderla al encerrarse en él mismo, y confundir placer, apetencias, sexo y afectos con su objetivo y comprobar, más tarde, que detrás de esa aparente alegría efímera no se esconde nada. Todo se queda en una alegría pasajera. Creo que es la experiencia de muchos, y cuando no se aguanta, se espera, se madura, el amor ha muerto y se marchita.

Entonces, comprendemos lo que hemos hecho, pero ya, recuperarlo cuesta más, y hasta se antoja imposible hacerlo. Tendrá que ir por otro camino. Se ha roto la unión, y se ha dejado marchitar. Por todo esto, yo le diría a las jóvenes parejas que no basen su amor en los afectos, en las caricias, en el sexo, en los intereses, en los placeres de todo tipo, porque, eso siendo importante y necesario, no es la base del amor. 

Es la alegría pasajera, caduca, que no fundamenta la alegría de la unión, ni le da sentido. Apoyados en esos sentimientos y placeres, la unidad se romperá. Porque nos hacemos viejos, porque llegarán tempestades, porque aparecerá la enfermedad, porque los hijos pensaran de otra forma, por el trabajo, la buena o mala suerte, los amigos, las tentaciones, las riquezas...etc. Porque amar no es eso, sino la entrega cuando mis sentimientos digan que no te quiero o no me interesas;  porque amar es empeñarse en quererte, a pesar de tu enfermedad, de tu gordura, de tu artritis...etc.

Nadie, nadie nos ha demostrado más amor que Aquel que nos ha amado en el dolor, y ha sufrido el mayor dolor para demostrárnoslos, porque el amor se demuestra en la cruz, ¿o me vas a decir que me amas cuando todo va viento en popa? ¿Cuando soy fuente de placer, de bienestar, de riqueza y gusto? ¿Hay alguien que no ame así?

JESÚS de Nazaret me enseñó y demostró que me ama porque murió en la Cruz por mí. La Cruz es el signo del amor, porque nadie ama más que aquel que da la vida por el otro. Y eso lo hizo JESÚS para que entendiéramos lo del amor. Sólo cuando se sabe sufrir, se sabe amar.

Por eso, queridos jóvenes, esperen y no desesperen, porque el amor primero puede estar lleno de muchos engaños propios de la inmadurez y de la inocencia. Confíen y estén seguros de que si hay verdadero amor, sabe esperar. Tengan confianza en sus padres y familiares, pues ellos quieren lo mejor para ustedes, y les aconsejan prudencia y paciencia, porque se trata unidad para toda la vida. Y si no se está dispuesto a eso es porque ese amor esconde algo que no quiere ver ni enfrentarse.

¿Podríamos entender que JESÚS ahora nos abandonase? ¿Qué se cansara de nosotros y nos dejase a merced de nuestras propias fuerzas? ¿Pero no era eso verdad? ¿Y para siempre? ¿Cómo entender esa infidelidad, esa...? Nos quedaríamos sin palabras y fundidos en el desconcierto y la desesperación.

Pero no es así, porque nuestro DIOS es un PADRE de Palabra, de amor de verdad, y eso ha imprimido en el corazón de cada hombre, crea, se fíe o no de ÉL. Por eso, todo hombre y mujer siente que su unión es para siempre, así todos lo quieren y lo desean. Sólo falta una cosa, que tengamos confianza y fe en JESÚS cuando ÉL nos prometió que el amor era cosa de su PADRE, y lo quiere unido, como ÉL y su HIJO, para siempre. Tengamos confianza que así es, y con ÉL, nosotros también podemos.

viernes, 20 de enero de 2012

DIOS CUENTA CONTIGO

DIOS CUENTA CONTIGO. Te has puesto a reflexionar porque Dios...

Muchas oraciones se elevan al Cielo por ese formidable gol marcado, o para que mi equipo gane ese partido o esa copa, o para que esto me salga bien...etc. Pedimos y pedimos, pero no caemos en la cuenta que los demás también piden que ganen sus equipos o que las cosas les vayan bien.

Luego, ¿cómo es posible que a unos les salgan las cosas bien y a otros no? ¿Cómo es posible que unos se vena amenazados por terremotos y tsunami y otros le favorezca un clima bueno y confortable? ¿Es eso justo? ¿Y no tenemos todos un mismo PADRE DIOS? Miles de preguntas nos seguiríamos haciendo a este respecto, ¿por qué ocurren estas cosas? La figura del PADRE DIOS queda algo confusa y desdibujada.

Sin embargo, no desesperemos e intentemos reflexionar, porque nuestra mente se nos ha dado para eso, para reflexionar y razonar. El mundo ha sido creado, y ha sido creado con unas leyes establecidas. Establecidas para marcar un inicio y también un final. Todo tendrá su tiempo. No obstante, dentro de su creación, el hombre destaca por encima de todo, y todo lo demás queda y está sometido a él.

Él domina la tierra y todo lo convierte para su utilidad y fin, pero lo hace desde la bondad y el servicio a que todo sea usado para bien y para el bien de todos. Fuera de eso las cosas pierden su sentido y su finalidad. Indudablemente, hay cosas buenas y malas, y, por eso, somos creado con la capacidad de elegir, es decir, somos libres, seres en libertad que podemos decidir esto o lo otro.

Por eso, delante del bien o del mal, el hombre tiende y quiere elegir el bien. Sería absurdo plantar un árbol para obtener frutos dañinos o amargos. Todos queremos plantar semillas que nos ofrezcan hermosos y gustosos frutos que sean un gozo para nuestro paladar y nuestro cuerpo. Pero tenemos también la posibilidad de sembrar mala semilla, y obtener frutos dañinos y malos que perjudiquen nuestra salud.

Dependerá de nosotros conseguir lo uno o lo otro. Y seremos nosotros los culpables de que el mundo sea mejor o peor, haya terremotos o no...etc. Nuestras decisiones serán de mucha importancia y trascendencia. Por lo tanto, si quiero que el mundo sea mejor, mi acciones tienen también que mejorar. 

No se trata de esperar que esa ayuda nos venga de afuera, sino que soy yo quien tengo que cambiarla y enderezarla. Por lo tanto, no mirar tanto hacia arriba sino ponernos por obra trabajar más y mejor, con más cuidado y atención. Ahora, sería muy importante conocernos y darnos cuenta de que estamos tocado, de que somos seres libres, pero inclinados al mal y al egoísmo, y tentados irresistiblemente a hacer las cosas a nuestro antojo e intereses. Y, por nosotros mismos, nos es muy difícil luchar contra esta condición.

Necesitamos la Gracia del Creador, la fuerza del ESPÍRITU SANTO que JESÚS de Nazaret consiguió para cada uno de nosotros con su entrega hasta una muerte de cruz. ÉL es la Cruz que nos salva y que, con Ella, somos capaces de vencernos y mejorar. Todo nos ha sido revelado en la Encarnación, tomando naturaleza humana como la nuestra para señalarnos el camino a seguir: "La bienaventuranzas". No cabe duda de que el mundo mejoraría, y que, sin lugar a duda, también nos costaría un gran esfuerzo por nuestra parte lograrlo. No viene sólo.

DIOS nos pide nuestra colaboración, y eso no consiste en mirar para arriba y quedarnos quieto, sino ponernos por obra colaborar con ÉL. Y esa colaboración nos exige saber sembrar, y sembrar bien.

martes, 17 de enero de 2012

¡MUCHO CUIDADO, LA BRONCEMIA ME PUEDE IMPEDIR SER COMO NIÑO!

 BRONCEMIA. Una enfermedad que afecta a los que sólo viven por el bronce ...

No sé, pero puede ser, porque el ESPÍRITU anda suelto y sopla donde, cuando y como quiere. Y el encuentro con este vídeo puede marcar uno de esos momentos que te señalan un camino que andas buscando.

Antes recordar que cuando perdemos la inocencia, la espontaneidad, los complejos, la sinceridad y la pureza de los niños, empezamos a complincarnos, a escondernos, como les ocurrío a Adan y Eva, y nos hacemos hombres, pero viejos, sin corazón de niños. De ahí el título de esta reflexión, todos nuestros problemas empiezan cuando dejamos de ser como niños.

Hace un momento descargaba un comentario en el blog "Nupcias de DIOS", y segundos después en FaceBook, en el grupo "Nupcias de DIOS. Hablamos de nuestras nupcias, de como le hemos dado la espalda a DIOS y lo hemos dejado fuera. La Verdad del Principio, "lo que DIOS ha unido no lo separe el hombre" parece algo olvidado, incluso dentro de nuestra querida Iglesia. Hace tiempo que ha empezado a ser lo normal que el hombre una y separe sus nupcias a su antojo y gusto.

Muchos no quieren romper su amistad con DIOS, pero se arriman más a la ley de Moisés que al Principio de JESÚS según la Voluntad de su PADRE DIOS. Han dejado endurecer su corazón, y determinan sus actos más como un servicio que una actitud de servicio. Porque servir es una acción, que incluso puede ser instintiva, de hacer un acto de servicio a una persona. Y eso es frecuente, sobre todo cuando priman intereses por medio, muy frecuente en la vida. Lo vemos a menudo.

Sin embargo, mantener una actitu de servicio es muy diferente, porque en esa actitud se encuentra toda una disponibilidad de satisfacer aquello que le puede ser necesario y útil a otra persona. Es la actitud de buscar el bien de otra persona independiente del mío propio, e incluso en contradicción con él. Hay muchos ejemplos, nos vienen a la memoria ahora, dentro de la vida de la Iglesia, pero uno muy claro y fundamental, el de José y María.

La actitud de la Sagrada Familia nos invita a referescar, como dice Donjoan, que el amor esponsal está encadenado al amor de los esposos. De hecho, dentro de la unión familiar se puede descubrir, en un intento y esfuerzo de fe, la unión amorosa a semejanza de la Trinidad, de DIOS y los esposos. DIOS nos invita a ser reflejos, en nuestra nupcia, de su Amor Trinitario.

Y ese criterio, coincido totalmente, hay que recuperar y catequitizar en las nuevas parejas que formarán las familias futuras. El amor, semejanza del amor de DIOS, entre los esposos debe ser algo que debemos recuperar. Pero, cuidado, que nos podemos autoengañar y no estar, nosotros mismos, siendo reflejo de eso. Porque si no se descubre algo falla, y la pregunta empieza de nuevo, ¿cómo transmitirlo?.

Y todo esto porque aquí podemos encontrar muchas claves para explicar que ha pasado en nuestras nupcias con DIOS.Como hemos degenerado de una fidelidad de "lo que DIOS ha unido no lo separe el hombre", a hacer lo que nos parece y convenga. 

Una pregunta y les dejo con este providencial vídeo: ¿Hemos caído en la "broncemia"? Escuche al Dr. Francisco Occhiuzzi y saquen sus propias conclusiones.


sábado, 14 de enero de 2012

REFLEXIONES SEGÚN EL PADRE TARÍN

 Padre Tarín

Hay dos cosas que no se pueden perder de vista si quieres encontrarte con JESÚS de Nazaret, la primera, contemplarlo, y la segunda hacer activa esa contemplación. O lo que es lo mismo, orar y trabajar, piedad y acción, palabra y testimonio. Es la coherencia de la vida cristiana que han seguido todos los santos.

El camino de la evangelización se hace cada vez más persuado en la medida que oramos más que corremos, porque todo lo que queramos hacer lo hacemos en el SEÑOR, y nada se hará sin su concurso. Sin duda que tendremos que poner toda la carne en el asador, pero no por mucho que queramos hacer, harémos. Todo es Gracia, y todo está alcanzado en el SEÑOR.

Sin embargo, hay ciertos frenos que nos impiden realizar la tarea evangelizadora, y estos son el miedo y el interés material, porque nunca el que se aconsejó del miedo y el interés material realizó empresa gloriosa. El celo apostólico del Bautizado se convierte en dolor cuando ven que la Palabra no es dada a tantos que la ignoran y la desean. He ahí una misión que los Blogueros católicos debemos reflexionar y madurar.

En el Belén, JESÚS nos da ejemplo de obediencia, pobreza, mansedumbre y humildad. Pudiera hablar y calla, pudiera quejarse y sufre, pudiera mandar y llora... ¿Descubro esas actitudes en mi vida, y descubierta trata de vivirlas en mi vida?

Esta entrevista hecha al Padre Tarín no tiene desperdicio, y me parecen muy provechosas las lecciones que podemos entresacar de su pausada lectura y reflexión para nuestra vida cristiana. Mejor que seguir comentándolas, creo que, dejarle que cada uno voluntariamente las reflexione, es más provechoso. Aquí les dejo el enlace.

miércoles, 11 de enero de 2012

VOLVER A EMPEZAR


Creo que es el título de una película, pero no me refiero a ella sino al año que empieza. Sí, empezamos un nuevo año, y podemos empezarlo de varias formas. Una puede ser tomarlo con la mayor indiferencia como si nada hubiese ocurrido. Hay quienes consideran que todo es una continuidad, un todo continuo y nada hay que celebrar. Si, acaso, se enganchan a la fiesta y al consumo.

Otros pueden cogerlo por una festividad que despide al año que se va y recibe al que llega. Todo ello lo adornan con cenas especiales, alcohol y música. Se termina, no el año sino el día, con dolores de cabeza, cansancio y borrachera los unos, y otros peor quizás más tristes que cuando terminaba y empezaba el nuevo año. No queda nada sino vacío y una fecha más que había que celebrar y se celebró.

Y, supongo, que habrá mil y una forma más de vivirlo y tomárselo. Pero creo que la mejor y más provechosa forma es pensar que, por la gracia de DIOS, he llegado a terminar y vivir un año más y empieza un año nuevo. 

Un tiempo en el que se me ofrece la oportunidad de volver a empezar y empezar en el esfuerzo de mejorar, de dar un paso más hacia adelante, de crecer en bondad, en perfección, en atención, en servicio, en disponibilidad, en tratar de ser más generoso, en obediencia, en comprensión, en misericordia, en paciencia y en transmitir esperanza, esperanza de vivir cada día como una nueva oportunidad de dar razón y testimonio de que DIOS nos quiere y nos salva.

Seguro que habrá momentos difíciles y duros, y hasta desesperantes, en los cuales piensas que ya nada vale la pena, y que quizás hubiera sido mejor no haber nacido. Son momentos en que nos asalta el pensamiento de quitarnos del medio. Sin embargo, lo mejor es pensar que eso es normal. Nuestra vida está llena de momentos buenos, menos buenos y malos, y en todos hay que tener paciencia y control sobre ellos.

Se hace muy necesario y útil reflexionar serenamente. Recordar que todo pasa y siempre hay esperanza de rehacerse, de volver a empezar. Muchas cosas nos pueden ayudar en esos momentos, el cine, los recuerdos, las historias, la lectura, la Biblia...etc. Recomiendo pensar en la película, la he visto unas cinco o más veces, ¡Qué bello es vivir!, que suelen ponerla por Navidades. Vale la pena tenerla memorizada y recordarla en esos momentos en que todo parece en contra.

DIOS no está ausente, no se olvida, no desaparece... está a nuestro lado, nos entiende, nos valora, nos trata con justicia misericordiosa porque nos regala bondad, comprensión y tolera nuestros fallos y errores. Con ÉL se puede empezar de nuevo, sin problemas, sin miedos y sin rencores. ÉL se olvida de todo, nos perdona con misericordia y nos ama hasta el punto de estar dispuesto a recorrer todo el camino con nosotros. ÉL es nuestra esperanza y nuestra razón de vivir. Por lo tanto, no desesperos, empecemos el año con ÉL.

domingo, 8 de enero de 2012

SIN MÁS COMENTARIO

Sagrada Familia

Porque me parece tan evidente y razonable que no se pueden erguir argumentos que puedan decir o defender lo contrario. El bien de las personas, de la sociedad y de la Iglesia dependen directamente de la salud de los matrimonios y de las familias, dijo en su homilía el arzobispo de Barcelona, cardenal Luis Martínez Sistach, en la Eucaristía celebrada el domingo 25, en el marco incomparable de la Basílica de la Sagrada Familia.

Es, pues, fundamental que las familias sean protegidas, cuidadas y formadas en los principios y virtudes que dignifican al hombre y lo salvaguardan de todo aquello que le es indigno y lo apartan del verdadero Ideal al que es llamado. Nada fuera de la verdad y, por tanto, del respeto a los derechos fundamentales, a la vida y a la libertad puede crear circunstancias de concordia, de solidaridad y de justicia en la convivencia de los pueblos.

Por eso, la familia debe ser la prioridad de todos los objetivos que los gobiernos se pongan como metas, porque defendiendo y protegiendo a las familias las demás necesidades se irán solucionando en su entorno. Porque las familias forman los pueblos, y si las familias andan bien, los pueblos andarán bien.

Una familia vinculada por el compromiso del verdadero amor en el marco del sacramento del matrimonio, tendrá en el darse de los esposos la solución a tantos problemas que originan hoy matrimonios rotos, parejas de hechos, parejas vinculadas sólo por el sexo, los intereses materiales...etc. El cuidado de los padres, de los hijos, la vida, la dependencia, el respeto, la justicia...etc., las virtudes, harán florecer la paz, la concordia, la justicia y la convivencia entre los pueblos.

jueves, 5 de enero de 2012

VEN SEÑOR JESÚS

los cristianos perseguidos en el mundo,

Y es que casi siempre nos perdemos en la velocidad de pensar que si nosotros no lo hacemos esto no va a salir. O que las cosas salen por nuestro empeño y nuestro esfuerzo. Y sin negar que haya parte de verdad en eso, no debemos olvidar que todo está, por encima de nosotros, supervisado y mirado por DIOS.

Nuestro PADRE DIOS no va a permitir que nos agobiemos, que nos perdamos en acciones y prisas que nos pongan en tensión y nos desanime. Puede suceder que nos ocurran situaciones así, pero en la mayoría de los casos es porque nos olvidamos de DIOS y contamos sólo con nuestras fuerzas. Y no nos preguntamos, cuando las cosas no salen como pensabamos, que es lo que nos está diciendo DIOS, o para qué suceden de ésta forma.

El ESPÍRITU SANTO está en todo momento con nosotros, y en ÉL debemos apoyarnos y tener confianza. ÉL es nuestro descanso y nuestra confianza, y eso nos permite ir a nuestro ritmo y confiados en lo que hacemos. Las prisas no son buenas ni tampoco el poner el exito del objetivo en nuestro esfuerzo. Es necesario, pero todo descansa en la Providencia de DIOS.

La vivencia y experiencia de lo vivido en las coordenadas de dejarnos llevar por la acción del ESPÍRITU SANTO nos ayuda a tomar conciencia que nuestras fuerzas son las del ESPÍRITU, y que si ÉL permite cosas que a nosotros no nos gustan, puede significar que debemos estar despiertos, no regatear esfuerzos, pero tampoco ir más de lo que podamos. 

JESÚS podía haber cambiado todo, y sin embargo, aceptó que las cosas fueran tal como han sido. ¿Por qué y para qué? Creo que la vivencia de Teresa García en la India nos puede ayudar a entenderlo un poquito más:

Teresa García se pregunta cómo pasará la Navidad Sobita, una mujer que le contó, entre lágrimas, la amenaza que sufrió por parte de extremistas hindúes. Hace ya tres meses de su viaje con AIN al corazón de la persecución de los cristianos en la India, pero los recuerdos siguen vivos. El viaje supuso para ella un descubrimiento en varios sentidos.
El primero, el contacto con una cultura y unas tradiciones muy diferentes a las suyas. El segundo, comprobar que esas diferencias, en ningún momento, le hicieron sentirse distante de los católicos de allí: «Mientras caminaba bajo un paraguas junto a dos católicas y un bebé, experimenté la proximidad entre los que nos reconocemos hermanos e hijos del mismo Padre», cuenta.

Teresa se acordará siempre de Sobita y de su familia, de sus vecinos refugiados, de los leprosos y de las seis Misioneras de la Caridad que les han enseñado que, aunque pertenezcan a la casta de los intocables, a los ojos de Dios son tan dignos como cualquier otro. «Lo extraordinario en aquellas personas era sinónimo de sencillez, de humildad, de entrega, del deseo de agradar desde lo más pequeño», dice.
Aterrizar le ha costado, porque ni puede, ni quiere olvidar. Se siente una afortunada al poderse dedicar, también desde España, a dar a conocer la realidad de los cristianos de la India y a recaudar fondos para mejorar sus condiciones de vida, a través de la Campaña de Navidad, que AIN desarrolla en colaboración con la Cadena Cope.

Intentará hacerlo sin agobios, al modo indio: «Acostumbrada a vivir en una prisa constante, en un Occidente en el que pretendo que los minutos y los días den de sí más de lo que marcan el reloj y el calendario, en India fui capaz de saborear la calma. Aquellos hombres y mujeres me mostraron que la serenidad no está reñida con la eficiencia».

Quizás ese saber aguardar ayude a los católicos perseguidos a mantener la esperanza y a confiar en el futuro. ¿Cómo es posible que, a pesar de tanto sufrimiento, sean capaces de transmitir tanta alegría? ¿Dónde se esconde el secreto de su felicidad? «Estos interrogantes surgieron ya durante mi primer día en la India -explica Teresa-, pero no fue hasta el final del viaje cuando vi claramente cuál era la razón. Han optado por seguir el camino que Jesús les ha marcado y Dios no les va a dejar solos».

Sobita, los niños, los enfermos de lepra y las religiosas y sacerdotes seguramente recibirán el Nacimiento de Jesús con sencillez y con la alegría de tener la certeza de que la Esperanza que da sentido a sus vidas nace de nuevo. Teresa García cierra los ojos y pide un deseo para Navidad: «Ojalá que las celebraciones, los regalos y las comidas abunden en su justa medida para no distraer la atención de lo que realmente importa en estos días».
Amparo Latre

lunes, 2 de enero de 2012

SABER DAR GRACIAS

Debo ser agradecido por mi vida, porque puedo disfrutarla día a día y...

Puede ser que nos suceda, al menos yo lo he experimentado y, por supuesto, reflexionado. Ante una gracia concedida, ante un deseo realizado, ¿cómo reacciono? Hace unos momentos uno de mis hijos ha accedido a un buen empleo. Estaba parado y, en este tiempo de crisis las esperanzas se hacen difíciles de mantener.

Es paradójico, cuando peor se pintan las circunstancias, cuando todo indica que nada es favorable, aparece el mejor, por lo menos por ahora, empleo. Y también porque de alguna manera está relacionado con su preparación y formación: sociólogo. Y no a un puesto secundario, sino como director. Noto su alegría y su entusiasmo, algo que no había advertido en él hasta hoy.

Mi oración de la mañana, igual la de su madre, estaban dirigidas a esa petición. Siempre, lo hemos aprendido y descubierto, tanto Berta, mi mujer, como yo, a someternos, primero, a la Voluntad del SEÑOR, y si le conviene desde el punto de vista espiritual. Porque de que te vale ganar un buen puesto de trabajo, poder y riquezas si pierdes lo importante, lo más importante.

De repente he caído en la cuenta, ¿realmente estoy agradecido? Claro que quiero estarlo, pero, ¿lo estoy verdaderamente desde lo más profundo de mi corazón? Ya ha pasado un rato y casi no me acuerdo. Seguro que a él, mi hijo, le durará más, pero dentro de un poco de tiempo, igual está cansado o se lo adjudica por propio derecho. Sólo, asiento ese acertijo, "valoramos las cosas cuando no las tenemos o las perdemos".

Experimento que no sabemos dar gracias, o al menos no lo sentimos. Una vez más me doy cuenta que los sentimiento son dones y gracias de DIOS. ÉL es el que me puede iluminar y hacerme sentir profundamente esa gratitud, que yo por mucho empeño me cuesta sentir. Por eso, a la menor tentación sucumbimos, y perdemos la referencia y responsabilidad de ser agradecido. Pasa mucho en las familias, hijos y esposos.

Ese pensamiento me ha llevado a hacer una oración: 

SEÑOR, perdóname por no saber agradecerte todo
lo que me has dado. Perdóname por ser un hijo
 desagradecido. Quiero agradecertelo, pero
se me escapa de mis sentimientos.

Me doy cuenta de mi humanidad pecadora, y sé
que todo es Gracia tuya. Me doy cuenta de
que no soy es querer. Sí, me has dado
voluntad para ese empeño, pero
puesto por mi parte, que es
 mi deber, necesito tu
Gracia para lograrlo.

Y es esa Gracia la que te vengo a pedir. Enséñame
a ser agradecido y a darme cuenta que sólo en
TI puedo aprender a darme cuenta de que 
todo lo recibido es don y Gracia Tuya. Amén.

Y de la oración sale un sentimiento de agradecimiento por tantas cosas:
-gracias, SEÑOR, por haberme dado la vida,
-gracias, SEÑOR, por tener un poco de fe,
-gracias, SEÑOR, por sentirme atraído por TI,
-gracias, SEÑOR, por desear y empeñarme en escucharte, aunque me parezca que no lo logro,
-gracias, SEÑOR, por sentir motivos y fuerzas para esforzarme en ser más servicial,
-gracias, SEÑOR, por vencer, muchas veces, otras no, la impaciencia y aguantar las contrariedades de la vida,
-gracias, SEÑOR, por los compañeros blogueros, los grupos eclesiales, tu Cuerpo y tu Sangre, ofrecido a diario para mí,
-gracias, SEÑOR, por poder comunicarme, escribir, dialogar, compartir y crecer por el esfuerzo de muchos,
-gracias,SEÑOR, por los padres que me distes,
-gracia, SEÑOR, por los hermanos que tengo, incluso aquellos con los que he aprendido a ser más paciente, más comprensivo, más humilde, más tonto y perdedor para salir vencedor como TÚ,
-gracias, SEÑOR, por la mujer que me diste como compañera, empiezo a creer, ya hace algún tiempo que me di cuenta, como si me guiñaras el ojo, que fue obra tuya. Ella lo es todo para mí hoy,
-gracias, SEÑOR, por mis hijos, son los que TÚ has querido, y como un PADRE Bueno, son los mejores para mí,
-gracias, SEÑOR, por ayudarme a compartir los buenos momentos, y soportar los malos siempre mirándote y confiado en TI,
-gracias por tantas cosas que sería imposible de relatarlas todas, pero sobre todo, gracias por lo que sigues y continuas dándome cada día.

Sólo me queda dar las gracias por este año vivido, por todas las cosas buenas y también, a pesar de no desearlas, las malas, porque ellas nos hacen mejorar y crecer, y desear felicidad y buena ventura a todos, en el SEÑOR, para el año que entra. 

Podrá pasarnos cosas y buenas y malas, pero todo en el SEÑOR será lo mejor, si lo sabemos mirar y dejarnos mirar por ÉL, para nuestro bien, porque un PADRE Bueno como ÉL no puede permitir que nos pase nada malo si permanecemos en ÉL.
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