Y es que casi siempre nos perdemos en la velocidad de pensar que si nosotros no lo hacemos esto no va a salir. O que las cosas salen por nuestro empeño y nuestro esfuerzo. Y sin negar que haya parte de verdad en eso, no debemos olvidar que todo está, por encima de nosotros, supervisado y mirado por DIOS.
Nuestro PADRE DIOS no va a permitir que nos agobiemos, que nos perdamos en acciones y prisas que nos pongan en tensión y nos desanime. Puede suceder que nos ocurran situaciones así, pero en la mayoría de los casos es porque nos olvidamos de DIOS y contamos sólo con nuestras fuerzas. Y no nos preguntamos, cuando las cosas no salen como pensabamos, que es lo que nos está diciendo DIOS, o para qué suceden de ésta forma.
El ESPÍRITU SANTO está en todo momento con nosotros, y en ÉL debemos apoyarnos y tener confianza. ÉL es nuestro descanso y nuestra confianza, y eso nos permite ir a nuestro ritmo y confiados en lo que hacemos. Las prisas no son buenas ni tampoco el poner el exito del objetivo en nuestro esfuerzo. Es necesario, pero todo descansa en la Providencia de DIOS.
La vivencia y experiencia de lo vivido en las coordenadas de dejarnos llevar por la acción del ESPÍRITU SANTO nos ayuda a tomar conciencia que nuestras fuerzas son las del ESPÍRITU, y que si ÉL permite cosas que a nosotros no nos gustan, puede significar que debemos estar despiertos, no regatear esfuerzos, pero tampoco ir más de lo que podamos.
JESÚS podía haber cambiado todo, y sin embargo, aceptó que las cosas fueran tal como han sido. ¿Por qué y para qué? Creo que la vivencia de Teresa García en la India nos puede ayudar a entenderlo un poquito más:
Teresa García se pregunta cómo pasará la Navidad Sobita, una mujer que le contó, entre lágrimas, la amenaza que sufrió por parte de extremistas hindúes. Hace ya tres meses de su viaje con AIN al corazón de la persecución de los cristianos en la India, pero los recuerdos siguen vivos. El viaje supuso para ella un descubrimiento en varios sentidos.
El primero, el contacto con una cultura y unas tradiciones muy diferentes a las suyas. El segundo, comprobar que esas diferencias, en ningún momento, le hicieron sentirse distante de los católicos de allí: «Mientras caminaba bajo un paraguas junto a dos católicas y un bebé, experimenté la proximidad entre los que nos reconocemos hermanos e hijos del mismo Padre», cuenta.
Teresa se acordará siempre de Sobita y de su familia, de sus vecinos refugiados, de los leprosos y de las seis Misioneras de la Caridad que les han enseñado que, aunque pertenezcan a la casta de los intocables, a los ojos de Dios son tan dignos como cualquier otro. «Lo extraordinario en aquellas personas era sinónimo de sencillez, de humildad, de entrega, del deseo de agradar desde lo más pequeño», dice.
Aterrizar le ha costado, porque ni puede, ni quiere olvidar. Se siente una afortunada al poderse dedicar, también desde España, a dar a conocer la realidad de los cristianos de la India y a recaudar fondos para mejorar sus condiciones de vida, a través de la Campaña de Navidad, que AIN desarrolla en colaboración con la Cadena Cope.
Intentará hacerlo sin agobios, al modo indio: «Acostumbrada a vivir en una prisa constante, en un Occidente en el que pretendo que los minutos y los días den de sí más de lo que marcan el reloj y el calendario, en India fui capaz de saborear la calma. Aquellos hombres y mujeres me mostraron que la serenidad no está reñida con la eficiencia».
Quizás ese saber aguardar ayude a los católicos perseguidos a mantener la esperanza y a confiar en el futuro. ¿Cómo es posible que, a pesar de tanto sufrimiento, sean capaces de transmitir tanta alegría? ¿Dónde se esconde el secreto de su felicidad? «Estos interrogantes surgieron ya durante mi primer día en la India -explica Teresa-, pero no fue hasta el final del viaje cuando vi claramente cuál era la razón. Han optado por seguir el camino que Jesús les ha marcado y Dios no les va a dejar solos».
Sobita, los niños, los enfermos de lepra y las religiosas y sacerdotes seguramente recibirán el Nacimiento de Jesús con sencillez y con la alegría de tener la certeza de que la Esperanza que da sentido a sus vidas nace de nuevo. Teresa García cierra los ojos y pide un deseo para Navidad: «Ojalá que las celebraciones, los regalos y las comidas abunden en su justa medida para no distraer la atención de lo que realmente importa en estos días».
Amparo Latre
Salvador: Feliz día de Reyes y un abrazo fraterno desde Tenerife. He estado leyendo tus artículos y te felicito por tu sensibilidad cristiana y tu talante dialogal con los problemas del mundo, una visión que nos enriquece, ¡Qué el Señor nos siga bendiciendo a los blogueros cristianos para sigamos sembrando luz y esperanza en medio de la Red!
ResponderEliminarMarcelo
Las persecuciones a travès de los tiempos han marcado la historia de la humanidad, las ideologìas religiosas,polìticas,culturales en conjunto con las doctrinas econòmicas son y seràn los focos constantes de odios y muertes,cuantos generales,emperadores,polìticos corruptos y fanàticos religiosos seguiràn derramando rìos de sangre. Tanto nos cuesta entendernos y amarnos los unos a los otros.
ResponderEliminar¡DIOS! nos proteja,por cuanto aùn la historia tiene mucho que contar.
Saludos Hermano y a todos los que te siguen.
El Guardiàn.