BRONCEMIA. Una enfermedad que afecta a los que sólo viven por el bronce ... |
Antes recordar que cuando perdemos la inocencia, la espontaneidad, los complejos, la sinceridad y la pureza de los niños, empezamos a complincarnos, a escondernos, como les ocurrío a Adan y Eva, y nos hacemos hombres, pero viejos, sin corazón de niños. De ahí el título de esta reflexión, todos nuestros problemas empiezan cuando dejamos de ser como niños.
Hace un momento descargaba un comentario en el blog "Nupcias de DIOS", y segundos después en FaceBook, en el grupo "Nupcias de DIOS. Hablamos de nuestras nupcias, de como le hemos dado la espalda a DIOS y lo hemos dejado fuera. La Verdad del Principio, "lo que DIOS ha unido no lo separe el hombre" parece algo olvidado, incluso dentro de nuestra querida Iglesia. Hace tiempo que ha empezado a ser lo normal que el hombre una y separe sus nupcias a su antojo y gusto.
Muchos no quieren romper su amistad con DIOS, pero se arriman más a la ley de Moisés que al Principio de JESÚS según la Voluntad de su PADRE DIOS. Han dejado endurecer su corazón, y determinan sus actos más como un servicio que una actitud de servicio. Porque servir es una acción, que incluso puede ser instintiva, de hacer un acto de servicio a una persona. Y eso es frecuente, sobre todo cuando priman intereses por medio, muy frecuente en la vida. Lo vemos a menudo.
Sin embargo, mantener una actitu de servicio es muy diferente, porque en esa actitud se encuentra toda una disponibilidad de satisfacer aquello que le puede ser necesario y útil a otra persona. Es la actitud de buscar el bien de otra persona independiente del mío propio, e incluso en contradicción con él. Hay muchos ejemplos, nos vienen a la memoria ahora, dentro de la vida de la Iglesia, pero uno muy claro y fundamental, el de José y María.
La actitud de la Sagrada Familia nos invita a referescar, como dice Donjoan, que el amor esponsal está encadenado al amor de los esposos. De hecho, dentro de la unión familiar se puede descubrir, en un intento y esfuerzo de fe, la unión amorosa a semejanza de la Trinidad, de DIOS y los esposos. DIOS nos invita a ser reflejos, en nuestra nupcia, de su Amor Trinitario.
Y ese criterio, coincido totalmente, hay que recuperar y catequitizar en las nuevas parejas que formarán las familias futuras. El amor, semejanza del amor de DIOS, entre los esposos debe ser algo que debemos recuperar. Pero, cuidado, que nos podemos autoengañar y no estar, nosotros mismos, siendo reflejo de eso. Porque si no se descubre algo falla, y la pregunta empieza de nuevo, ¿cómo transmitirlo?.
La actitud de la Sagrada Familia nos invita a referescar, como dice Donjoan, que el amor esponsal está encadenado al amor de los esposos. De hecho, dentro de la unión familiar se puede descubrir, en un intento y esfuerzo de fe, la unión amorosa a semejanza de la Trinidad, de DIOS y los esposos. DIOS nos invita a ser reflejos, en nuestra nupcia, de su Amor Trinitario.
Y ese criterio, coincido totalmente, hay que recuperar y catequitizar en las nuevas parejas que formarán las familias futuras. El amor, semejanza del amor de DIOS, entre los esposos debe ser algo que debemos recuperar. Pero, cuidado, que nos podemos autoengañar y no estar, nosotros mismos, siendo reflejo de eso. Porque si no se descubre algo falla, y la pregunta empieza de nuevo, ¿cómo transmitirlo?.
Y todo esto porque aquí podemos encontrar muchas claves para explicar que ha pasado en nuestras nupcias con DIOS.Como hemos degenerado de una fidelidad de "lo que DIOS ha unido no lo separe el hombre", a hacer lo que nos parece y convenga.
Una pregunta y les dejo con este providencial vídeo: ¿Hemos caído en la "broncemia"? Escuche al Dr. Francisco Occhiuzzi y saquen sus propias conclusiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario crea comunidad, por eso, se hace importante y necesario.