Desde
esa premisa y reflexión no entiendo, y creo que no entenderé nunca como se
puede desperdiciar esta vida por tan poca cosa. Porque, lo que te puede ofrecer
el mundo es tan poco aunque parezca mucho. Tu propia experiencia lo puede
fácilmente descubrir. El mayo gozo de placer es cosa de muy poco tiempo, y,
realizado, quedas inmediatamente ardiendo en deseos de volver a gozarlo de nuevo.
Y, repetido con frecuencia puedes incluso llegar a hartarte o no apreciarlo
tanto e incluso perder el gusto por hacerlo.
Quedas
incluso esclavizado e insatisfecho y cerca está el aburrimiento, la depresión o
perder el sentido de la vida. Luego, la vida, camino y verdad puede convertirse
en un infierno sin sentido y de condenación. Y no hace falta discernir mucho
sino abrir los ojos y ver que sucede a nuestro derredor.
Descubrir
que el amor por la verdad y generosidad, buscando siempre el bien, sobre todo
del más necesitado, es la llama que nunca se apaga y que mantiene tu corazón
ardiendo de gozo y felicidad. Es dar tu vida para ganar tu vida. Es dar esta vida
caduca por amor para vivir, no otra, sino la misma transformada en Vida Eterna
y Gloriosa por la Gracia y la Misericordia de Dios.
Por tanto, nunca entenderé como podemos vender una Vida Gloriosa y Eterna por una vida egoísta, esclava y sometida a la condenación eterna por unos cuantos años de éxito y placer más de espejismos que reales. Porque, en cuanto despertemos nos damos cuenta lo que hemos perdido.
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