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sábado, 4 de junio de 2022

LA TERTULIA - continuación -

          Sí, nos pasábamos toda la tarde del domingo hablando de los partidos. Aquellos tiempos se jugaba solo los domingos. Los sábados eran días de trabajo, mañana y tarde. ¡Qué recuerdos!

          El fútbol y el cine eran las aficiones favoritas, por lo menos las más comunes. Recuerdo estábamos detrás de nuestros padres para que nos dieran permiso para ir al cine de la noche del sábado. Éramos chavales de 12 años. Mi padre, con un fino humor me decía, tienes mi permiso. Y esperaba mi reacción, porque, aparte del permiso necesitaba el dinero, de la peseta, que costaba en las gradas de arriba – la más barata - llamado gallinero.

          Son recuerdos imborrables. Algunas veces lo conseguíamos, pero otras no. Todo dependía del humor del padre. Exclamo Pedro

          Kubala fue el primer gran mito culé. En aquel tiempo yo no sabía, y no lo había oído, que a los aficionados catalanes les llamaban culé. Era debido a que Entre los años 1909 y 1922, el Fútbol Club Barcelona jugaba sus partidos en un estadio que estaba en la calle Industria de Barcelona. El estadio solo podía acoger a seis mil personas. Se sentaban todas juntas en una grada de dos alturas. Los días de partido importante, se llenaba hasta arriba. Ello que hacía que la gente se sentase encima del muro que rodeaba al estadio.

          Los aficionados se encontraban colocados de una manera en que el culo les sobresalía por la parte del muro que daba a la calle Industria. Lo que hacía que se viesen asomados todos los traseros. Ello originó risas y gracias a la gente que paseaba por allí, debido a los culos allí mostrados.

          En catalán culo se dice culé. Culés es la transformación (con la pérdida de la erre) de culers [culones]. Desde entonces ha seguido la costumbre de llamar culés a los aficionados del Barça. ´

          No cabe duda de que Kubala – marcó la década de los 50 – fue una leyenda del Barcelona y de él se dice que su juego y virtudes obligaron a hacer un campo más grande, pues los culés ya no cabían en él. Pero, de lo que no tengo duda es que mi afición al Barcelona fue debido a Kubala. En aquella época yo tenía siete u ocho años y empezaban a nacer mis aficiones. Y el fútbol era lo más común y popular. Recuerdo una alineación de la época que no se me olvida: Ramallets, Olivella, Rodri Gracia, Segarra, Gensana, Tejada, Kubala, Eulogio Martínez, Suarez y Czibor.  También alternaron por esos años Evaristo, Kocsis, Villaverde.

          ¡Cuánto discutimos y a veces hasta enfadarnos! Pero, mira, esas acaloradas discusiones nos fueron enseñando a respetarnos y a encajar malos resultados. El deporte es un buen educador cuando, desde la justicia y la realidad, encajas tus malos resultados y mala suerte. Y cuando te observas con interés de aprender a dominarte. Fue una época, que si no en ese momento fue dulce, sí, ahora la recuerdas con cariño y con el grato recuerdo de que ha servido para madurar y para aprender. Hoy te das cuenta de que los valores son más importantes que el ganar o perder. Porque, lo que queda al final es tu trayectoria como persona y lo que dejas es la estela de tus valores en tu relación con los demás.

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