Hay una poesía de Gabriela Mistral que dice que todo en la naturaleza es un anhelo de servicio. Sirve la nube, sirve el viento, sirve el surco. Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú, donde haya un yerro que enmendar, enmiéndalo tú, donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú. Se el que aparte la piedra del camino, el odio entre los corazones, y las dificultades del problema.
Pueden imaginar a donde quiero ir, pues siguiendo estas pautas que nos marca esa poseía de Gabriela Mistral, el mundo, tu mundo y el mío sería mucho mejor. Simplemente quitando los problemas que a ti te puedan tocar, y yo quitando los míos. Siempre he dicho que si procuráramos no tirar basura en las calles, las calles estarían limpias.
Por esa regla de tres descubrimos que sin tú y yo hacemos lo que pensamos debemos hacer, porque pienso que todos estamos de acuerdo, el mundo sería mejor. No se trata de quejarse, sino de mojarse. Y mojarse significa cumplir, al menos esforzarte, las normas cívicas y sociales que la comunidad del barrio, del ayuntamiento y la ciudad te piden y te exigen para el bien común de todos.
Se podrían evitar muchos controles y atender otras necesidades más útiles y necesarias. Y ahorrar muchos gastos y atender otros de más provecho y necesidad. Pero eso necesita que tú y yo nos pongamos por obra ser más responsables, porque la responsabilidad no es sino tratar de cumplir y responder a nuestros deberes.
Y todo queremos hacer el bien. Hemos nacidos para hacer un mundo mejor, luego, ¿por qué no lo hacemos así? Como ves, dependerá de ti y de mí.
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