Dominique Rey |
Es posible que no haya vocaciones, al menos las que deseamos, porque tampoco se suscitan. Conocer va primero que desea y querer, porque lo que no se conoce no se desea y menos se puede desear. Por eso, a Jesús hay que darlo a conocer y quien lo da debe también transparentarlo con su vida y sus vivencias.
No cabe duda que dado a conocer, Jesús atraerá a muchos jóvenes que buscan lo que sólo Jesús puede dar: "El gozo de ser feliz en el amor".
"Creo que el sacerdote del siglo XXI debe tener tres características", explica el obispo: "Primero, la integridad.
Por esta palabra entiendo que el ministro ordenado debe asumir su
identidad sacerdotal, arraigarla en el plano espiritual por una
verdadera relación con Cristo, en una búsqueda constante de coherencia
de vida, ejemplaridad evangélica y fidelidad al Magisterio. En segundo
lugar, la proximidad. Leer más...
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