Después
de una pausa, irrumpió Manuel diciendo.
—¿Qué buscan y
qué quieren conseguir evitando el nacimiento de muchos niños ya vivos y en
estado de gestación en el seno de sus madres? ¿Acaso quieren ser señores de la
vida y la muerte? Porque, detrás viene la ley de la eutanasia que trata de
definir el tiempo de tu vida. O dicho de otra forma, el momento que ya has
dejado de ser productivo y empiezas a convertirte en una carga económica para
la señora economía.
La ciencia no responde a los
interrogantes que el hombre se plantea, porque estos están por encima de sus
posibilidades. ¿Alguien me puede decir de donde brotó la vida? ¿Quién puso la
primera piedra o célula en el edificio que es el ser humano? ¿Y con qué derecho
tú ahora, que eres uno más de esos que has recibido la vida, quieres ahora
decidir sobre los demás? ¿No se nos escapa esto de nuestras capacidades y
competencias?
¿No tendrá que ver algo con todo esto
la mano del Creador? ¿No tendrá que ver esto con el Hijo de Dios, que rompe,
con toda ciencia y pruebas, saltándose las leyes naturales – milagros - creadas
por el mismo? ¿Y es a ese Creador – que nos ha creado a nosotros ‒ al que
queremos discutirle todo lo que Él ha creado? ¿Sabemos lo qué hacemos?
El ambiente era tenso, hasta el punto
de que se podía cortar con un cuchillo. Ambos amigos reflejaban un estado de
preocupación como si estuvieran viviendo el problema en primera persona.
Después de unos minutos, Pedro, con síntomas de
inquietud y cierta resignación trató de refrescar el ambiente que se había
generado en el diálogo de ambos amigos y puntualizó.
—Lo
dejamos por hoy, y ya volveremos en otro momento. El tema es interesante y muy
importante, pero, nosotros somos simplemente dos gotitas de agua en la
inmensidad del mar.
—Sí, acabemos por hoy —respondió Manuel— habrá otros momentos para seguir intentando descubrir la verdad, mirando siempre el bien de la persona y no sometiéndola a otros intereses.
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