Nos parece un disco rayado, pero es que ese disco rayado no deja de rallarse cada vez más. Y sucederá que un día deja hasta de ser disco y se resquebraja en mil pedazos. ¿Hay, porque nos suena a rayado, quitarlo del mercado y no rayarlo más? ¿O hay que seguir oyéndolo aunque suene a rayado?
La canción es que pensamos, decimos, pero no vivimos lo pensado y dicho. Con el no vivimos queremos significar que no damos vida a lo que hemos pensado y dicho. Una cosa es pensar y compartir, y otra llevar a la vida eso que se ha dicho y compartido.
No parece cuadrar con la realidad, porque constatamos que la realidad, valga la redundancia, no se corresponde con lo que esperamos que debe ser. Luego, ocurre algo: ¿o es mentira lo que se dice, o es mentira lo que se piensa? ¿O se tiene dos vidas: una para mentir y otra para hacer?
Se piensa lo que creemos se debe hacer, pero hacemos lo que nos da la gana según nuestras apetencias e intereses. En resumen, que la canción sigue sonando, pero la música no cambia. Es la misma siempre y mientras el mundo sigue su deterioro progresivo, tanto ecológico como moral.
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