No estamos solos porque el ESPÍRITU suscita y sopla por doquier y en todas partes. Porque la vida es un don de DIOS y DIOS se encargará de defenderla suscitando llamadas a la lucha en sus hij@s.
Tal es el caso que hoy traemos a este blog, Samanta Singson, con el que les dejo a continuación:
«Lobbista» de la ONU comparte premio pro-vida de 600 mil dólares
NUEVA YORK, 19 de noviembre (C-FAM) Los delegados se han encerrado una vez más en una sala de conferencias de las Naciones Unidas para negociar terminología sobre salud sexual y reproductiva. Puertas afuera, Jeanne Head, enfermera obstétrica jubilada, estudia minuciosamente documentos de la ONU. Es tarde y el personal de limpieza ha comenzado a trabajar en el edificio. Pero los delegados y Jeanne recién se instalan y les aguarda una larga noche.
Es una escena familiar para los delegados de la ONU. Conocen bien a Head y saben que la encontrarán a mano para solicitar su asesoramiento respecto de una disposición o simplemente para pedirle un poco de antecedentes. Es una fuente a la que ellos pueden acudir con frecuencia, y, de hecho, lo hacen.
Aunque se autodenomina «activista reacia», el arduo trabajo y la efectividad de Head ganaron un destacado reconocimiento el martes pasado. La Gerard Health Foundation la galardonó con el Life Prize (Premio a la Vida), otorgado a «individuos u organizaciones que han alcanzado un avance significativo en la promoción de la inviolabilidad de la vida humana y que trabajan para protegerla y preservarla».
Head es conocida por su trabajo en la ONU, pero fue su sueño de convertirse en actriz lo que la llevó a Nueva York desde la región central de los Estados Unidos, y, no, la política intergubernamental. Se involucró cada vez más, de forma remisa, en el trabajo a favor de la vida después de que Nueva York aprobó su permisiva ley de aborto.
Head estuvo presente en prácticamente todas las principales conferencias de las Naciones Unidas desde 1994, cuando se dirigía a las reuniones de la ONU directamente después de su turno nocturno en la sala de partos del hospital St. Vincent.
Era igualmente reacia a involucrarse en la ONU hasta que vio los esfuerzos por convertir al aborto en un derecho humano internacional. Pero lo hizo, y, como resultado, «me jubilé como enfermera en 1997, pero no he tenido tiempo de darme cuenta». Aunque su trabajo en la ONU es de tiempo completo, no cobra sueldo como voluntaria en las organizaciones que representa, la International Right to Life Federation el National Right to Life Committee.
Sus admiradores resaltan su fe católica y su vocación. Ellas le permiten «ayudar a otros a alcanzar un mayor entendimiento de la suprema importancia de la inviolabilidad de toda vida humana, especialmente la de los niños por nacer, que son las personas más indefensas», afirmó el Pbro. Philip Bené, delegado de la Santa Sede.
Otro representante dijo a Friday Fax: «Dejando de lado el amplio conocimiento que Jeanne tiene de los documentos y el lenguaje de la ONU, su mera presencia (aún si no dice ni una palabra) es suficiente para darle a los delegados la fuerza que necesitan para seguir negociando».
El compromiso de Head reconforta a sus aliados. Ella no tiene planes de dejar de trabajar en la ONU y asegura: «No podría hacer ninguna otra cosa. No podría vivir conmigo misma si no lo intentara».
Su cabildeo la ha llevado a las principales conferencias de la ONU en ciudades como Beijing, Estambul, Roma, El Cairo y Copenhague. «Al final, puede que nunca sepa si ejercí influencia», afirma. «Una cosa es segura, no obstante: no puedo ejercer influencia si no estoy allí».
La Gerard Health Foundation la honrará en enero junto con otros cinco ganadores durante una ceremonia en Washington D.C.
Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano
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