La
película comienza en la Nochebuena de 1945, en la que
George Bailey se dispone a suicidarse. Las oraciones por él, procedentes de los
habitantes del pequeño pueblo de Bedford Falls, llegan al Cielo,
donde una corte celestial se reúne para cumplir lo que le piden desde allí. La
gente pide a Dios que se acuerde de George Bailey y le ayude a ser feliz. San José
encarga el trabajo de ayudar a George Clarence, un ángel de segunda clase, que es
el que más tiempo lleva intentando ganarse las alas. Antes de enviar a Clarence
a la tierra, San José le muestra a través de diversos flashbacks lo que ha sido la vida
de George Bailey. El primero es de 1919, cuando George tenía 12 años y salvó a
su hermano pequeño Harry de morir ahogado tras haber caído a través del hielo a
un lago helado. Debido a ello, perdió la audición en el oído izquierdo. También
trabajaba en la farmacia del pueblo, donde observó que el farmacéutico, el Sr.
Gower, entristecido por la muerte de su hijo debido a la gripe, había puesto
accidentalmente veneno en la medicina para un niño. George logra evitarlo, pero
el farmacéutico, antes de darse cuenta y agradecérselo, le da unos buenos
golpes.
En la graduación de Harry en 1928,
George habla con la joven Mary Hatch, que estaba enamorada de él desde que eran
niños. Sin embargo, George debe interrumpir su cita con Mary al recibir la
noticia de la muerte de su padre. George debe posponer sus planes de viajar
para encargarse de la compañía de empréstitos creada por su padre,
destinada a dejar dinero a aquellas personas que no pueden, y gran competidora
de Henry F. Potter, el hombre más
rico del pueblo, un tiburón de los negocios que es dueño del banco, de la
prensa, de los hoteles y de todos los negocios rentables de la ciudad. Como
accionista, Potter solicita que la compañía de empréstitos se disuelva, pero George convence a la junta
directiva de votar contra la propuesta de Potter. Ellos están de acuerdo con la
condición de que sea George quien la dirija junto a su tío Billy, o la compañía
se disolverá.
Y es eso – lo remarcado con letra
negra y subrayada - sobre lo que quiero llamar la atención. Henry F. Potter es
el poderoso del lugar y el que quiere controlar todo. ¿Para qué? Para tener a todos
bajo su dominio y poder gobernar según sus caprichos, sus intereses y egoísmos.
Y eso se parece mucho a lo que observo que está derivando nuestra sociedad de
hoy. Y cuando hablo de sociedad me estoy refiriendo no solo a mi país sino a toda
Europa y otras partes del mundo.
—De alguna manera podemos decir ─agregó
Pedro─ está película la podemos considerar como una obra profética. ¿No te
parece, Manuel?
—Sí, puede ser, pero esas
circunstancias han ocurrido siempre en muchos momentos de la historia.
Napoleón, Hitler, Stalin…etc. Pero, lo de ahora, quizás por los medios
digitales al alcance, tiene un sentido más global y uniforme al pretender que
todos pensemos de la misma forma, privándonos de la libertad.
—Eso es mucho más grave, ¿no lo crees?
—comentó Pedro.
—Sí, realmente mucho más grave. Privarnos de la libertad de elegir y pensar lo que creamos que es mejor para nuestros hijos, para nuestra vida y para nosotros mismos, es esclavizarnos y privarnos del don de ser quienes realmente somos. Es quitarte tu identidad y el único y verdadero sentido de tu vida, que empieza por ser tú mismo y vivir de acuerdo con tu pasado, tus orígenes y tus propias convicciones. Sí, Pedro, eso es realmente grave.
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