Cuando joven escuché muchas veces que el tiempo es oro, pero, si lo entendía no lo descubría como ahora, donde cada instante, diría yo, es oro puro. Porque cada instante de nuestra vida te brinda la oportunidad de ganarte toda la vida. Y cuando me refiero a toda la vida, quiero significar para siempre. Es decir, la vida eterna.
Y la vida no se nos ha dado para guardarla o gastarla egoístamente, sino para ponerla a rendir y dar frutos que sirvan para el bien de todos. O dicho de otro modo, para amar, porque eso es el verdadero significado de la palabra amor. Un gran error sería pensar que la vida se me ha regalado para utilizarla en provecho propio, y no para el bien de los demás.
Y es que, cuando la utilizas y la gasta para el bien de los demás, estás también utilizándola para tu provecho propio, pues quien pierde su vida por amor, la gana - Mt 16, 25 -. Y, para eso, te ha sido dada tu vida, para ganarla para siempre amando.
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