No hacen faltas palabras, pero si hace falta mucha ética, porque hay males que se pueden evitar porque exigen prudencia y muchas pruebas antes de aplicarlo. Sobre todo cuando se trata de personas.
No se entiende cuando en algunos lugares el daño se penaliza y en otros se deja sin penalizar. La ética y la justicia deberían aplicarse buscando siempre el bien común y castigando los efectos perjudiciales que puedan derivarse del mal empleo de las medicinas, tal es el caso que nos ocupa. Las imágenes hablan por sí solas.
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