Son los deseos los que nos despiertan y nos
mueven. Un hombre sin deseo es un hombre muerto, y eso se llama hoy
"depresión". Un estado en que nada se desea y quizás la idea predominante es dejarse ir hasta la muerte.
Los deseos son necesarios y se hacen fuertes cuando se convierten en ideales.
Sin ideales no crecemos ni sentimos la vida.
Pero hay muchos deseos, tantos como ideales.
Desde pequeños empezamos a movernos por alcanzar muchas cosas que deseamos, y
tantos son los deseos que nos mueven que llegan a convertirse en metas. Metas
que se transforman en ideales por los que, incluso, damos la vida. Sin embargo,
no todos los ideales o deseos llegan a ser buenos y convenientes. Hay muchos
que nos encaminan a la destrucción y a producir en nosotros un vacío que
terminan en depresión.
Pronto, en la medida que vamos alcanzado muchos
de nuestros deseos, experimentamos que ninguno nos llena plenamente. Incluso,
muchos generan vacío e insatisfacción,
y otros aumentan la ansiedad y la angustia por llegar. ¿Llegar a dónde?
Descubrimos que no sabemos ni a dónde vamos. Nos perdemos y atiborramos de
tantas cosas que terminamos hastiados y desilusionados. La vida debe de estar
en otras cosas.
Quizás todavía no se nos han abierto los ojos, o
no nos hemos dejado que nos lo abran. Quizás estemos corriendo sin pararnos a
mirar por dónde corremos. ¿Qué nos puede estar pasando? ¿Habrá algún deseo que
nos llene plenamente? Merece la pena buscarlo.
Lo que dice este cartel es un tanto incompleto, (por lo menos para mí) porque yo puedo tener ciertos ideales que no pueden corresponder según la Voluntad de Dios, entonces, si busco a Cristo, seria yo el primero, en pisotear mis propios ideales por no corresponder a la Voluntad de Dios, y seguidamente, mis ideales que me alejan de Cristo, los pondría bajos los pies de todos los seres vivos, para que lo pisoteen.
ResponderEliminarSi mis ideales no corresponden a los intereses de Cristo y con el mismo sentir de la Santa Madre Iglesia Católica, le ruego a Dios que lo arroje a lo más profundo del infierno.
Luego, ¿sabe cuál sería mi ideal? Es fácil, que el Reinado de Cristo no encuentre obstáculo en el mundo, que todos tuviésemos los mismos sentimientos de Cristo Jesús, la humildad y el recogimiento de la Santísima Madre de Dios. Que el pecado dejase de existir, pues Cristo ha venido a liberarnos de nuestra esclavitud...
No podemos dejarnos vencer por... "Hay muchos que nos encaminan a la destrucción y a producir en nosotros un vacío que terminan en depresión"
Sólo Cristo nos puede llenar ese vacío interior que en ocasiones, por nuestra debilidad podemos padecer. También los Santos y Santas padecieron mucho, pero no se sometían a la desesperación. Muchas veces yo he visto, que por defender los derechos de Cristo, con frecuencia se malinterpretaban y mal interpretan mis escritos, incluso algunos de los párrocos de mi ciudad, que suelen leer lo que escribo, dicen cosas, en sus homilías, en vez de dirigirse a mí personalmente, para una mayor aclaración. Pero yo, con la ayuda del Señor, no les replico, pues tengo a mi favor enseñanzas de Santos Padres y Doctores de la Iglesia Católica, de Benedicto XVI, del Papa Francisco.
Yo digo al Señor, que no sea a mí quien ha de comprender, sino al Espíritu Santo, que es más importante: la Santísima Trinidad y la Iglesia Católica a quien debemos comprender y no cerrarnos en nosotros mismos. Tanto en el pasado como en el presente, se mal interpretan a los Santos, se desconfía y desobedece al Magisterio de la Iglesia Católica, y la desobediencia a la Iglesia Santa de Dios nos entristece a muchos
Gracias por la reflexión que has compartido, mi buen amigo Salvador.
Muy feliz Domingo, Día del Señor.