Cuando experimentas un situación extrema donde la vida, tu vida, sigue latiendo de forma casual, al menos aparentemente, y es rescatada de una muerte segura, te preguntas por qué tú y no otros. Esto te lleva a reflexionar y a caer en la cuenta que la vida es un regalo inmenso y que, por no sé que razón, tú sigues viviendo.
Es el caso de mucha gente que la han perdido antes que tú. Quizás, ¿porque les ha llegado su hora?, quizás, ¿porque fueron llamados? Nunca sabremos el misterio que envuelve, tanto el nacimiento como la muerte, pero de cualquier forma, la vida es un grandioso regalo y un hermoso milagro.
Hace unas semanas (ver aquí), hice una reflexión sobre la tragedia, que terminará en gozo y alegría, de los 33 mineros sepultados. Hoy (ver aquí) el rescate está a punto de terminar, y son esos momentos para reflexionar y preguntarse: Ha sido un milagro salvar la vida, pero vale más esta vida que la vida eterna en presencia del PADRE. Esa es la pregunta que debemos hacernos, porque todavía no la hemos salvado. Sigue la posibilidad de salvarla, pues mientras haya vida tenemos esperanza, pero tal milagro debe motivarnos a planteárnoslas.
Hoy (ver aquí) empieza el rescate y una vida nueva. Han sido devueltos de las entrañas de la tierra a la vida, y es una nueva oportunidad para encontrar la verdadera vida.
En estos momentos de gozo y alegria desbordante no olvidemos pararnos, serenarnos y dar gracias al SEÑOR por la salud y la vida de nuestros hermanos mineros.
Esta es la Voluntad de DIOS, el amor entre los hombres que los hace solidarios, justos y capaces de amarse por encima de la ley y la justicia. Así nos ha amado, nos ama y nos amará nuestro PADRE DIOS.
Pero, también, hay algo muy importante. En estos momentos estamos inmersos en la "Campaña 40 días por la vida", y, simultaneamente experimentamos lo importante que es. Pues bien, "hay unos hermanos nuestros, niños inocentes que viven, en estos momentos, dentro del seno de sus madres, que están siendo sepultados por los Gobiernos que lo permiten, y también por las madres que, de forma ignorante, no saben lo que hacen.
Hoy que cantamos a la vida y celebramos unos momentos históricos y solidarios, debemos mirar más adentro para ver la agonía de miles de niños que claman justicia por su derecho a la vida. ¡Gritemos todos juntos viva la vida en su totalidad, no de manera parcial y discriminatoria!.
Gracias a Dios por cuidar de ellos
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