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miércoles, 21 de agosto de 2013

LECTURA EN UNA BODA


El próximo sábado, 24 de agosto, leeré en una boda, por la Gracia de Dios, un pasaje de la 1ª carta de san  Pablo a los corintios (1ª Co 12, 31-13.8a): 
¡Aspiren a los carismas superiores! Y aun les voy a mostrar un camino más excelente.
Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo caridad, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tenga el don de profecía, y conozca todos los misterios y toda la ciencia; aunque tenga plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo caridad, nada soy. Aunque reparta todos mis bienes, y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad nada me aprovecha.
La caridad es paciente, es amable; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta.
La caridad no acaba nunca.

Una unión amorosa consciente de esta caridad, dificilmente, por no decir nunca, podrá romperse. Pero, sobre todo, cuando esa unión está bendecida por la presencia de Jesús y en Jesús. En Él somos fuerte aunque nuestras debilidades nos exijan padecimientos y sufrimientos; en Él seremos capaces de mantener nuestra llama de unidad amorosa encendida y renovada cada día.; en Él descubriremos que la medida del verdadero amor, no está en el otro sino en la sin medida con la que yo esté dispuesto a amar.

Porque esa es la medida con la que Xto. Jesús me ama: "Sin medida", hasta el extremo de darse cada día a pesar de mis rechazos, de mis desplantes y egoísmos. Si puedo amar es porque Xto. me ama, pues sin Él, el mundo dejaría de existir y de ser mundo. Nada existe sin Él.

Por eso, invitarle, y permanecer injertado en Él, en el camino de nuestra unión es la mayor garantía de perseverar en el verdadero amor. Seremos capaces de crecer y perseverar en la medida que estemos unidos a Jesús; en la medida que comamos su Cuerpo y bebamos su Sangre; en la medida que vivamos en su presencia esforzándonos en vivir en su Voluntad. Garantía de seguro de unidad gozosa y feliz.


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