TODO ES CUESTIÓN DE FE

Un compañero me sorprendía cuando se declaró incrédulo respecto a nuestro Señor Jesús. También a la Iglesia, desde el Papa a más pequeño monaguillo. Hablamos un rato pero cuando se niega todo, la oscuridad no deja ver nada.

Hay momentos que todos tenemos dudas por una simple razón: el diablo está al acecho y sabe cuándo sentimos debilidad, confusión y duda, y nos ataca.

También a mí me pasa. Estoy en el mundo y soy pecador como todos. Pero me digo: Si soy débil, pecador y no puedo con el demonio necesito agarrarme y pedir ayuda. Y el Señor siempre me escucha y me salva.

Tengo una cosa muy clara: si el Señor ha Resucitado todo los que defienden y tratan de rechazar su Mensaje y su Obra quedan vencidos. Sus habladurías son vanas. La Resurrección es el fundamento de nuestra fe, lo decía Pablo.

Nadie, ni los más incrédulos pueden negar que Jesús no ha Resucitado y está Vivo. Pueden no creerlo pero nunca negarlo. Y menos demostrarlo. Por el contrario, yo, y muchos, lo creemos y, aunque no puedo demostrarlo, si hay muchas razones para dejar evidencia de que ha Resucitado.

Y científicamente, cuando venía hoy para casa después de la Eucaristía, oía en Radio María una conversación sobre la sábana Santa y sus comprobaciones sorprendentes que la razón ni la ciencia puede explicar, pero que están ahí y son evidente.

Por otro lado, experimento muchos momentos en mi vida la presencia de Dios que me ilumina me salva y me habla. Claro, como pasa con todo, quienes no creen me dirán: son imaginaciones, sugestiones y…etc. La fe es necesaria. De alguna manera, piénsalo, te estás fiando de mucha gente cada día. ¡Cómo no fiarte de Dios del que tienes muchas más pruebas tanto de palabras como de obras!