LA HORA DE RECOGER LOS FRUTOS

A veces no se entienden la historia, o dicho de otra forma, es la consecuencia de nuestras negligencias, indiferencias, irresponsabilidad y poca reflexión. Ahora toca recoger los frutos sembrados, y la cesta está compuesta por una serie de frutos incomestibles. Casi no sirven para nada. La huerta está improductiva y la cosecha amenaza con quedar paralizada e inservible.

El resultado de nuestras reflexiones es ingobernable, y eso amenaza con otras elecciones, presumiblemente inútiles, que irán llevando al país a la ruina, si no a la guerra. No se puede entender cómo es posible que muchas personas voten de forma irresponsable, porque la cara de muchos partidos, sobre todo los nuevos, no dan la talla para depositar en ellos el voto.

Por un lado, hablan mentiras, porque lo que dicen no se puede cumplir. La realidad es lo que se ve, y eso nadie lo puede cambiar. El progreso de un país pasa por la productividad económica, la justicia y la libertad. Y eso apoyado en la verdad. No hay otra forma de abonar el campo para obtener buenos frutos. Y eso es lo que hay que exigir a los políticos.

Es posible que los partidos hayan caídos en la corrupción, pero eso no debe llevarnos a considerar a todos los políticos corruptos. Los nuevos, precisamente no lo son porque no han tenido la ocasión, pero eso tampoco debe de guiar nuestro voto. Se hace necesario reflexionar y ver dónde está la verdad, que debe estar impregnada de libertad, justicia y mucho sentido común.

Y eso es lo que debemos exigir. Partidos sensatos, que defiendan la verdad, la justicia y la unidad, y que luchen contra el fraude. Por el contrario, no debemos ofuscarnos y, por sentirnos engañados, dar nuestro voto a aquellos que aprovechan la oportunidad para llevarnos a sus propias ideologías, sin tener en cuenta la unidad nacional ni el bien de todos los españoles. Cuidado porque lo podemos pagar muy caro.