De eso no hay duda, somos libres para pensar como queramos. Pero también, por esa libertad, seremos responsables de nuestros pensamientos y elecciones. Será de listo pensar bien, porque en base a eso, lo que nos suceda en el futuro dependerá de las elecciones de nuestros pensamiento.
Es, pues, muy importante pensar, y pensar bien. No es cosa de perder el tiempo, y sí de enterarse de qué va la cosa y buscar lo verdadero y valido. Y cuando se toma esta ruta, casi siempre se termina encontrándose con Jesús. Entre otras cosas porque Él es el Principio y el Fin. Es el Centro del Universo, Alfa y Omega, el Primero y el Último. Lo es Todo.
Podrás negarlo, pero te encontrarás con Él. Y lo peor es que tu encuentro sea a la izquierda, porque sus Palabras fueron muy duras para los que esté a la izquierda. No a la izquierda políticamente hablando, entiéndase bien, sino a la izquierda de los que Él sitúe, porque eso es para echarse a temblar: Entonces dirá también a los de su izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos,
al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve
hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;
era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis;
enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis’. Entonces dirán también
éstos: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento o forastero o
desnudo o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?’. Y Él entonces les
responderá: ‘En verdad os digo que cuanto dejasteis de hacer con uno de
estos más pequeños, también conmigo dejasteis de hacerlo’. E irán éstos
a un castigo eterno, y los justos a una vida eterna».
No trato de convencerte, porque eso dependerá sólo de ti, y a ti sólo te compete. Sólo trato de compartir la alegría y el gozo de luchar en esta vida con esta esperanza, la de vivir en el Amor del Señor para estar entre sus elegidos, a la derecha, el día de su Segunda venida, tal y como Él nos ha prometido. Y de, eso si me gustaría, avisar a todos aquellos que se lo toman a risa y a burlas.
Somos libres para pensar y elegir, pero aquí se trata de pensar y elegir bien. Y no hay nadie mejor, más seguro y en quién se pueda confiar que en Jesús, pues los de más mira como tienen el mundo. No hay sino que mirar, reflexionar y abrir los ojos.
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