El amor no se puede disimular. Es posible que lo mantengas en el engaño o la apariencia un tiempo, pero, tarde o temprano sale a la luz. Eso sí, las debilidades, los apegos, vicios y defectos son propios de nuestra naturaleza caída y herida por el pecado, por lo que es natural que esperemos fallos unos de los otros. Pero es el amor la medicina que lo puede y lo cura todo.
Por eso es importantísimo el amor en nuestro mundo. Estamos hechos para amar, y si fuéramos capaces de amar los problemas tendría pronta y mejor solución. Porque el amor es vivir en la justicia, en la verdad y en el respeto y la libertad. Y si se vive en y con esas actitudes, ¿no creen que los problemas se solucionarían rápidamente y de forma satisfactoria?
La enfermedad es el pecado, un virus que tiene antídoto, pero que los hombres no quieren aplicar porque, a muchos les conviene vivir encerrados en su egoísmos, esclavizados y sometidos por sus apegos y vicios que no pueden vencer, y ciegos a la Vida de la Gracia que les libera y les salva de esa esclavitud a la que están sometidos por el pecado.
Rechazan, ciegamente e ignorantemente, la vida gozosa y eterna cambiándola por una vida insatisfecha, caduca y sin sentido. Deslumbrados por el poder, la ambición de poseer y de ser admirado, privilegios y vanidades les ocultan la verdad de saber que están hechos para amar y vivir en la eternidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Compartir es esforzarnos en conocernos, y conociéndonos podemos querernos un poco más.
Tu comentario crea comunidad, por eso, se hace importante y necesario.