No basta estar en la Iglesia... |
Estaba sentado delante de ÉL, hacía una visita espontánea, pues esperaba una cita con alguien al que quería hablarle de ÉL. Y, en estos casos, lo mejor es hablarle primero a ÉL de quien queremos presentarle.
Mientras, entraban y salían personas que visitaban al SEÑOR. Unos lo hacían muy rápido, otros se tomaban unos minutos. Y algunos, después de dirigirse a ÉL iban a la capilla donde estaba la imagen de su Madre y pasaban unos segundos allí. Observaba todos esos movimientos y, sin poderlo evitar, surgió en mí la siguiente reflexión.
JESÚS no ha venido, y menos ha ofrecido su Vida en una muerte de Cruz para que pasemos nuestra vida:
-a) rezando muchas oraciones y, con mucha frecuencia, de forma sistemática y rutinaria...
-b) ofreciendo muchos rosarios y devociones que llegan a ser, en muchas ocasiones, actos desencarnados y piadosos...
-c) celebrando muchas Eucaristías que no acaban de terminar en un compromiso martirial como deben terminar...
-d) pasando muchos momentos en su presencia, pero que no incide en la forma de vivir nuestra vida... Y muchas cosas más.
Creo, pensaba, que CRISTO no pensó en una muerte de Cruz para que dedicáramos nuestra vida a esas actitudes piadosas o formas de piedad. Incluso para ser piadosos. No, la piedad es una consecuencia de nuestra fe. Y nuestra fe es el testimonio de vivir en la confianza de Aquel en el que creemos.
Por eso, ahora lo entiendo mucho mejor, no fue María dichosa por ofrecer voluntariamente su vientre glorioso para la encarnación del HIJO de DIOS, sino que, fue elegida, porque estuvo siempre dispuesta a "Cumplir la Voluntad del PADRE DIOS". De tal manera que, a la exaltación por influjo del ESPÍRITU SANTO, al poner en boca de aquella mujer la exclamación de «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!», JESÚS responde, «Dichosos los que oyen la Palabra de Dios y la guardan».
María es elegida para la dicha, porque no hay dicha mayor, de ser la Madre de DIOS porque estaba dispuesta, lo estuvo siempre, a cumplir la Voluntad del PADRE. Y cuando fue interpelada para ese compromiso y cumplimiento, exclamó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Ahí está la clave. No se trata de rezar sino de cumplir la Voluntad del PADRE. Y la pregunta que surge en mí en estos momentos es: ¿Cuál es la Voluntad del PADRE? Descubierta su Voluntad cobra sentido todo lo demás, porque para cumplirla necesito a JESÚS, necesito de su proximidad, de su cercanía, de su diálogo, de su Madre también, del alimento de su Cuerpo y de su Sangre...
Es cuando todos los medios, mis oraciones, mis Eucaristías, mis esfuerzos, mi atención a su Palabra, mi escucha toman sentido y me ayudan a, como María, guardar todo lo oído y escuchado, para vivirlo diariamente en los lugares que DIOS me ha puesto en mi vida. Porque lo que se vive es lo que se transmite. No puedes transmitir lo que no vives, al igual que no puedes dar lo que no tienes. Sólo lo que tienes y vives será lo que puedes dar.
La adhesión a Cristo no puede ser teórica,sino que tiene que manifestarse en actos,en hechos."No todo el que dice:Señor,Señor,entrará en el Reino de los cielos".
ResponderEliminarEl Guardián.