Hay momentos que nos damos cuenta que nos hacemos viejos. Notamos que nuestra rapidez va decreciendo; que nuestro movimientos son más torpes, y que nos cansamos más pronto. Son síntomas de que vamos cumpliendo años y nuestra vida va cubriendo su etapa. Sin embargo, nuestras actitudes siguen estando ahí, y al contrario que nuestras potencias físicas, las mentales se mantienen, y apoyadas en la experiencia, ganan más enteros y puedes hasta ser más valiosas.
Quiero significar que, en la vida no tanto importa la edad, sino la actitud que se tenga frente a ella. Siempre es tiempo para aprender, para arrimar el hombro, para aceptar, para colaborar, para crecer y para ser útil a los demás. Incluso dependiendo de otros, podemos ser luces para ellos y testimonios para otros. En este sentido quiero gritar y aclamar que siempre somos jóvenes, más todavía cuando se trata de presentarnos ante nuestro PADRE DIOS. Para ÉL no existe el tiempo, y sin tiempo somos atemporales, es decir, el tiempo no cuenta.
Sirva esta introducción para situar la inquietud de aquel joven rico que se acercó a JESÚS y le preguntó que tenía que hacer para tener en herencia la vida eterna. Puede valernos también para nosotros, mayores o más mayores, porque también nosotros buscamos el tener la vida eterna, o ¿hay alguien que no la busque? Es, por tanto, una pregunta valida para el mundo de hoy, y para todos los hombres y mujeres de hoy.
Sorprende la respuesta de JESÚS al responderle: ¿por qué me llamas bueno, nadie es bueno sino sólo DIOS. Realmente no sé si nos hemos parado en esta respuesta y en lo que trasciende más allá de esta frase: "Nadie es bueno sino sólo DIOS". La Verdad Absoluta sólo está en DIOS , y sólo ÉL la conoce y la posee. Nadie puede ser, por tanto, bueno, porque no está en poder de la Verdad. JESÚS afirma la grandeza de su PADRE y la Omnipotencia Absoluta de poseer la única y gran Verdad. Hay, pues, que buscar la Verdad en el PADRE BUENO OMINPOTENTE.
Y a continuación le incita a guardar los mandamientos que todos defendemos, pero que ninguno cumplimos. Y es más, que sabemos que de cumplirlos, los problemas del mundo, de los que nos quejamos a todas horas, quedarían arreglados como por arte de magia. Sólo el meditar en ello y de esforzarnos en cumplirlos haría que los enfrentamientos y las luchas entre los pueblos y las personas fuesen historia pasada.
Sin embargo, ante la respuesta optimista y alegre de que todo eso ya lo hago, se esconde una inquietud que delata que hay algo más. Cuando preguntamos es porque buscamos respuestas a algo que no falta; algo que no nos deja satisfecho del todo; algo que queremos encontrar, que notamos que necesitamos para completar nuestra tarea. Y el SEÑOR, que lo sabe todo, y todo lo descubre le invita a venderlo todo y dárselo a los pobres.
Te quedas perplejo ante tal respuesta. ¿Dejarlo todo? ¿Venderlo todo y regalárselo a los pobres? Eso no se puede entender desde la óptica humana y los criterios de aquí abajo. Si me porto bien y cumplo las normas que la ley manda, ¿qué más quieres que des? El amor que el SEÑOR nos pide no consiste en cumplir unas ciertas normas y guardar unas leyes. Pues a eso, muchos serían los que se apuntan, y muchos ya lo hacen. Dar de lo que tienes, y en abundancia, lo hacen muchos más de los que pensamos, pero darse es otra cosa muy diferente.
Y para darse, primero hay que vaciarse, y eso significa dejarlo todo. Y todo es todo: mi yo, mi tiempo, mis actitudes, mi soberbia, mi vanidad, mi dinero, mi poder, mi suficiencia, mi arrogancia, mis egoísmos, mis apetencias, mis afectos, mis sentimientos, mis... Es vacíarse del mundo, para entrar en el otro mundo, "el mundo del Amor". Y en eso todos somos ricos.
Sin embargo, no llegamos a creer que detrás de ese desprendimiento, que aparentemente resulta trágico y ruinoso, se esconde el autentico y verdadero tesoro ,que buscamos desesperadamente sin saberlo. Y un tesoro imperecedero, gozoso, seguro, lleno de paz, justicia y amor. Luego, lo normal es dejarlo todo y seguirle, tal como nos invita el SEÑOR, pero no parece ser así, optamos por lo corriente, lo que hacemos casi todos, bajar la mirada y pensar que lo que tenemos vale más y que lo que buscamos está en otro camino.
2009 años después seguimos empecinados en seguir buscando donde no hay. Y, en consecuencia, seguimos enfrentados a muerte y destruyéndonos. Luchas fratricidas, asesinatos, incluso con etiqueta de legalidad (abortos); robos, injusticias, familias destruidas, padres abandonados, deshonrados; infidelidades conyugales, hijos desconocidos, abandonados, sin padres; pueblos que se odian, que se matan, que se despojan y se someten, y muchas más barbarie...
¡Cuan difícil es entrar en el Reino de los Cielos para los que tienen puesta su confianza en el dinero! Más fácil es que un camello entre por el ojo de una aguja. Ustedes y todos los que dejan padres, mujer hermanos, hijos, casas y tierras por MÍ y por el Evangelio, recibiran el ciento por uno junto con persecuciones en esta vida, y luego poseerán la vida eterna, les aseguró JESÚS.
Querido Salvador... Cuánta sabiduria encierran tus palabras. En verdad creo que si no tenemos a Dios en nuestras vidas, estamos perdiendo una preciosa oportunidad de entrar al Reino de los Cielos. Muchas veces nos desviamos de nuestro verdadero destino. Lo importante es que a pesar de caer y volver a caer, nos podamos levantar para seguir adelante. Dejando que sea EL quien nos guie a cada paso que damos... Que Dios te siga colmando de bendiciones y ojalá que mucha gente mas se una a tu blog para leer tus hermosas y sabias palabras. Tu hermana en Cristo. Kalina.
ResponderEliminarSalvador, esta reflexión es muy profunda e importante ¿dónde está lo verdaderamente valioso? Todo lo que expones me hace recordar a la riqueza del hermanito de Asís, que eligió la pobreza absoluta en el mundo y fue inmensamente rico en las cosas del Reino. La solidaridad y el desprendimiento -el amor- nos permitirán cambiar este mundo tan ajeno a Dios. Un abrazo en Cristo y María. Paz y Bien. Ricardo
ResponderEliminarSalvador creo que Kalina y rgr han comentado lo que pensaba escribirte: estas reflexiones nacen fruto de la experiencia que te aportan los años (benditos ellos, entonces) y de un profundo amor a Dios.
ResponderEliminarLa sabiduría es la recompensa de toda una vida y procede de la suma de muchos años.
Siempre adelante.
¡Un fuerte abrazo!
"Y para darse, primero hay que vaciarse, y eso significa dejarlo todo..."
ResponderEliminarMe ha llamado poderosamente esta frase, ya que ha estado en mis meditaciones los últimos días. Ciertamente el auténtico amor está dispuesto al sacrificio. "El amor, para que sea auténtico, debe costarnos", decía la Madre Teresa de Calcuta. Y el sacrificio es lo que prueba el amor, y lo que da alegría de verdad...
Hola Kalina,¡cuanto tiempo sin verte por aquí! Me alegro de que hayas dado señales de vida y que todo te vaya bien, la menos, como tú dices, con ánimo para levantarte y continuar el camino.
ResponderEliminarAsí es, nuestro PADRE DIOS nos quiere, eso es evidente, pues por eso existimos, y lo mejor y más grandioso es que nos quiere dar su propia Gloria, haciéndonos sus hijos, y para eso, nos ha dado a JESÚS, para injertados en ÉL seamos capaces de poder, y en ÉL podemos.
Un abrazo muy fuerte y me alegro que me hayas visitado.
Querido hermano en CRISTO, Ricardo, la pobreza es el virus del amor, porque cuando somos pobres dejamos de resisitirnos a la humanidad del que tenemos delante, y de esa forma lo podemos amar: comprendiéndole, perdonándole, aguantándole pacientemente,...etc. Eso fue lo que hizo San Francisco de Asís, supo donde estaba la SIEMPRE felicidad y la abrazó en CRISTO.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo en XTO.JESÚS.
Todo es cuando DIOS quiere, dónde quiere y como quiere. En ÉL está la paz, sabiduría y fortaleza, y nosotros somos sus siervos que, por su Gracia y Gloria, la daremos según su Voluntad.
ResponderEliminarSupongo que los años cuentan, por lo menos en la experiencia humana, pero la sabiduría que viene de DIOS, esa se manifista cuando el SEÑOR así lo dispone y en quien lo dispone.
Todo sea para su Gloria, porque es a ÉL a quien debemos dar gracias y alabar.
Un fuerte abrazo y gracias por tus reflexiones y compartir.
Hola Roberto, gracias por tu visita. Sí, eso es muy importante, porque si estoy lleno de cosas, preocupaciones, anhelos materiales, intereses, apegos, comodidades, pasiones, deseos...etc, ¡qué dejo para DIOS! Posiblemente no habrá sitio para ÉL, y el mundo ocupará mis prioridades. De esa forma no podré amar ni ver las necesidades de los otros, de esa forma no me vaciaré, sino que será pero: estaré vacío.
ResponderEliminarMe alegro de que me hayas visitado y compartido, pues en el camino nos necesitamos para fortalecernos.
Un abrazo.