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lunes, 11 de septiembre de 2017

EFICACIA DE LA ORACIÓN . CAPÍTULO II

Lo de capítulo II obedece a que siempre los efectos de la oración no se ven cuando tú deseas o esperas. Siempre hay unos efectos que aparecen en el momento más inesperado o cuando menos lo piensas. Son mandatos del Señor y su tiempo no es nuestro tiempo, ni su momento, nuestros momentos. Dios actúa misteriosamente para nosotros y nunca entenderemos su hacer y deshacer.

Podemos reflejarnos en nuestro crecimiento e infancia. Cuantos momentos misteriosos e ininteligibles para nosotros con respecto a las órdenes y mandatos de nuestros padres. Recuerdo que nuestras ignorantes razones eran: "me lo ha dicho mi padre"; "me lo ha mandado mi madre". Eso lo explicaba todo y zanjaba toda duda o discusión. La pregunta que me viene en estos momentos a mi atribulada mente es: ¿Por qué dudamos tanto de nuestro verdadero Padre del Cielo? ¿Por qué ponemos en cuestión sus mandatos y sus órdenes y consejos? ¿Por qué los rechazamos con tanta autosuficiencia y soberbia?

¿Acaso somos nosotros más que Él? ¿Acaso somos nosotros lo suficiente sabios y poderosos para conducirnos por esta vida? ¿Acaso estamos tan dormidos y ciegos para no darnos cuenta de nuestra necedad y finitud? Son preguntas que bien vale una serena y pautada reflexión, porque en ella nos va lo más preciado que tenemos, y que buscamos conservar en gozo y felicidad, la vida.

Nada importa más que Dios. Él debe ser lo primero y quien debe guiarnos. A pesar de nuestras limitaciones y fracasos, y nuestras continuas decepciones respecto a responderle y obedecerle. Él es nuestro Señor y quien nos transformará y liberará. Él nos hará buenos y obedientes y nos convertirá en hombres nuevos, libres y eternamente felices. Creamos, pues en Él y dejémonos llevar por su Espíritu. Nos convertirá.

Pero, no pongamos trabas, no nos resistamos a su presencia y a su actuar en nosotros. Abramos nuestros corazones y postremos ante su Amor y Misericordia. El nos hará santos, sacerdotes y pueblo consagrado. Confiemos en la oración.

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