HAY RACHAS QUE EL CAMINO, SIN DETENERSE, SE PARA Y CAMINAS EN SILENCIO

Experimentas cansancio, porque no sólo te cansas físicamente, sino también intelectualmente. Y cuando ese cansancio llega, quizás porque estás volcado en otros con mayor intensidad, hay que saber esperar y aceptar que el camino exige esfuerzos y a veces se nos hace cuesta arriba.

De cualquier forma un descanso no viene mal cuando se asume y se respira serenidad y tranquilidad. Y es que cuando se descansa en el Señor, todo se asume y acepta mejor. En mis aproximadamente siete años de bloguero, nunca había dejado de escribir en este blog. No a diario, pero sí cada tres días plasmaba alguna vivencia o experiencia que salía de lo más profundo del corazón. Ahora, en estos últimos tiempos he espaciado más el tiempo en publicar. Y eso ha traído la bajada de visitas.

Es lógico que cuando la luz de la casa se encuentra apagada no se toque, porque se entiende que no hay nadie. Y las visitas terminan por ser pocas o casi nulas. No es que pretenda animar a que visiten el blog, porque no sé si me animo a publicar con frecuencia, pero en este tiempo he ido descubriendo que si Dios me ha dado algo que pueda servir y poner al servicio de los demás es reflexionar y escribir esas reflexiones.

Esa pista me la han dado ustedes, los que se han atrevido a hacerme el honor de entrar en mis casas de la blogosfera , leer las reflexiones, comentar el bien que les hace u honrarme con su presencia. Eso, poco a poco, me ha ido revelando la cualidad recibida y aclarando el compromiso de ponerlo, con todo mi esfuerzo, al servicio de los que los puedan necesitar. 

Fruto de todo este tiempo hay dos libros que he publicado y que han sido editado por Bubok y Ediciones Credo. Ambos están a la vista en todos mis blogs y disponibles de ser adquiridos. Y hay algunos más esperando su turno, que, si Dios así lo quiere, serán publicado más adelante.

De cualquier forma, estás líneas son para decirles que sigo vivo y despierto, y que mis vivencias están vivas y disponibles a seguir reflexionando sobre mi vida y los acontecimientos que en ellas se suceden, pero siempre teniendo a Dios, nuestro Padre, como centro de referencia y de horizonte.