NO HAY OTRO CAMINO SINO LA VIDA

Una negligencia, una irresponsabilidad, una debilidad... puede terminar con una vida. Cuando en ello nos va algo que se valora en dinero e intereses materiales para alcanzar más poder, mejor situación profesional, fama, prestigio...etc., hacemos lo posible e imposible para conseguirlo y no regateamos esfuerzos, privaciones, sacrificios... ¡Nos va la vida, exclamamos!

Sin embargo, cuando se trata de satisfacerme sexualmente no reparo en posibles daños a otr@s ni a tercer@s. En esos momentos, vencido por la inclinación del deseo sexual, dejo de ser persona y me abandono en manos del apetito carnal que me conduce, me maneja y me animaliza. Soy ahora un animal más, cegado por su celo sexual y sometido al irresistible placer del amor eros, impuro, infiel y egoísta y lejos del amor verdadero, ágape, maduro y fiel.

Entonces, se comenten toda clase de atropellos, venganzas, disputas, luchas y muertes, y siempre serán los más débiles los que alcanzaran la peor parte, en muchos casos la muerte sin haber iniciado la vida, sin haber salido del vientre de su madre y ver la luz del sol. Todo por un acto irresponsable, egoísta del hombre y la mujer.

Y se busca toda clase de justificaciones, de mentiras, de engaños, de demagogia, para justificar lo injustificable. Es, simplemente, la lucha del "eros contra el ágape". No hay nada más. Es el propio autoengaño del hombre y la mujer que, por placer (egoísmo) matan a sus hijos. Y no hay, ni busquen porque no existen, argumentos para anteponer la muerte a la vida.

La vida está por encima de todo, y si se ha de morir hemos de ponernos en Manos de Quien nos ha Creado, precisamente, por Amor (ágape) porque ÉL es el Único dueño de la vida y la muerte. Y sí por Amor hemos sido creados sería absurdo contemplar la posibilidad de morir, porque lo realizado con Amor nunca muere. El ser humano, criatura privilegiada de DIOS, está hecho para vivir en todas las circunstancias y situaciones. Sólo ÉL decide.

La gran decisión la tiene que tomar, tanto el hombre como la mujer, porque el Creador así lo ha querido. Por eso nos ha hecho libre, para que decidiéramos, pero también nos hará responsable de lo que decidamos. Esta es la gran prueba y que no piense nadie, no se llame a engaño, que quedará impune todos nuestros actos de desamor y egoísmos. De todo tendremos que dar cuenta y purificarnos, si alcanzamos la dicha de alcanzar la presencia del SEÑOR, al menos esperarla (Purgatorio).

Y si no lo logramos, habiéndolo cambiado por estas gotitas simples (algunos años) de placer en este caduco mundo, hemos hecho la gran tontería que nunca deberíamos haber hecho: "Cambiar un tesoro eterno de felicidad y gozo, por unas mini vacaciones sin pena ni gloria. Quien quiera oír que oiga.