La cabeza está en ebullición. El corazón palpita de gozo, un gozo que se traduce también en inquietud. Experimentas agitación, mar revuelto o mar de fondo, como decimos en términos marineros aquí por Canarias. Hay jaleo, y extrapolando las palabras del Papa Francisco, hacer ruido, ruido verdadero que es el que sale de tu corazón.
El motivo, que el encuentro de blogueros está cerca. El tiempo no cuenta, al menos no se nota. Sólo hay una mirada, el camino hacia el IV Encuentro Internacional de Blogueros con el Papa. Y el corazón no descansa hasta fundirse en el encuentro con los hermanos. Hay un detalle que quiero resaltar porque me parece muy importante.
El encuentro lo provoca el Señor. El Señor que nos ha dicho que donde dos o más se reúnen en su Nombre, Él estará con ellos. ¡Y es lo que vamos a hacer nosotros! ¡El Señor estará con nosotros, y Él debe ser nuestra primera y mayor alegría! La presencia del Señor en medio de todos nosotros. Y es en los hermanos, en el trato de unos con otros, donde podemos demostrarle al Señor lo que le decimos por la palabra. Porque amándonos le decimos al Señor que le amamos.
No hay otra forma mejor, ni más bonita y verdadera de decírselo. Es la forma que Él quiere que se lo digamos, y el encuentro es una oportunidad para convertir esa convivencia virtual en convivencia real y verdadera. Donde le demostramos al Señor que lo que le decimos a diario es el primer objetivo que nosotros queremos cumplir y vivir.
Recuerdo el primer encuentro. Las horas previas fueron excitantes, pues íbamos a tomar contactos con aquellos hermanos en el Señor con los que habíamos compartido tanta esperanza, tantos deseos y ganas de vivir en la Voluntad y Amor del Señor. Y todo fue rico, esplendido y hermoso. Quizás no vemos los frutos enseguida, pero en el camino la Gracia del Señor va llenándonos de su Amor, y nuestra esperanza se llena de gozo y alegría.
Con la esperanza que este IV Encuentro nos vuelva a revivir los deseos y esperanzas centrados en el Señor, nos ponemos dentro de unas horas en camino. Amén.
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