PENSANDO EN LA NAVIDAD...

El mundo en sí es un camino de desesperanzas, porque por mucho que corras, te escondas o luches, la muerte te espera. Sin embargo, el nacimiento de Jesús lo cambia todo, porque Él te invita a vencer la muerte. Su vida es precisamente el colofón que lo demuestra. Termina en la Cruz, pero continua en la Resurrección.

Entonces, la desesperanza se transforma en Esperanza. Y así mirado el mundo, es lo más hermoso que puede haber, porque se convierte en un camino de esperanza hacia la Vida. En entonces cuando te das cuenta del papel y la importancia que ha tenido María en este asunto. Ella es la puerta por donde empieza la esperanza de este mundo.

¿Qué hubiese pasado si María rechaza la invitación a ser la Madre de Jesús? ¿Valdría la pena vivir en un mundo sin esperanza? ¿Y cómo sería esa vida? Porque sabemos que muchos pasan más sufrimientos y penas que alegrías. Y para los que el mundo se presenta mejor, tampoco es un hermoso lugar, pues si cuentan los días de felicidad y los de tristezas, la cosa se presenta muy negra. 

Y a todo esto, tampoco podemos ignorar el papel que tiene su casticimo esposo José. Porque Jesús necesitaba un padre, y José, aceptando su difícil misión, es Personaje muy importante en la Sagrada Familia.

Y al final llega la lucha y el enfrentamiento con la despedida terrenal. Momentos de sufrimiento y tristeza. Supongo que el mundo no sería lo mismo sin Jesús que con Jesús, y la especial colaboración de su Madre María. Por eso, en estos días próximos a la celebración de la Navidad, recordar el papel importantísimo de María y el gran regalo de Dios, su Hijo, el Predilecto y amado, nos llena de esperanza y gozo.