Navidad es un tiempo para
reflexionar y que esa reflexión dure todo el año, hasta la próxima festividad
navideña.
Es tiempo de adoración,
pero también de abajarse y ser humilde. Es tiempo de pensar en el mundo, mi
pequeño mundo, que no lo puedo arreglar, pues soy una gotita perdida en el mar,
pero si puedo mantener mi frescura y mi salubridad para que el mar siga siendo
mar y no se vuelva insípido.
Es tiempo de entender que
Dios nos ama tanto que se hace pequeño y débil para poder amarnos más de cerca.
Es tiempo de descubrir que abajándonos como Él podemos encontrar el camino como
los Magos y las estrella que nos guíe. Porque sólo sintiéndonos humilde podemos llegar al corazón de ese niño que nace en Belén.
Ese niño que crece y hace la Voluntad del Padre, y que nos invita también a nosotros a recorrer el mismo camino: siendo niños, crecer para vivir en la Voluntad del Padre. Por eso, Navidad significa volver a nacer, renovarnos y continuar el camino con el corazón de ese niño que nace cada día en nuestro corazón.
Ese niño que crece y hace la Voluntad del Padre, y que nos invita también a nosotros a recorrer el mismo camino: siendo niños, crecer para vivir en la Voluntad del Padre. Por eso, Navidad significa volver a nacer, renovarnos y continuar el camino con el corazón de ese niño que nace cada día en nuestro corazón.
Muito especial! Tempo de esperança, o amor vai nascer.
ResponderEliminarSaudações!