LA PEDAGOGÍA DE DIOS

Toda nuestra vida está necesitada de un padre o un maestro. No aprendemos por nosotros mismo, necesitamos referencias y buenas referencias que nos ayuden a descubrir todo lo bueno que hay en nosotros y todo lo bueno que hay en el mundo.

Necesitamos saber las diferencias y consecuencias de lo bueno y lo malo, para, en consecuencia, discernir y cribar lo malo de lo bueno. Nos conviene quitar la cizaña y dejar sólo el trigo, porque es el trigo lo que conviene dejar crecer para que, luego, nos sirva de alimento. Y todo ese proceso de aprendizaje necesita de unos buenos maestros que nos lo trasmitan. Por nuestra cuenta iremos también ayudándonos y algo, en nuestras propias reflexiones, deduciremos por nosotros mismos, pero la necesidad de un ambiente que nos ayude a formarnos es fundamental.

De ahí que Ortega y Gasset dijera que el hombre es el mismo y su circunstancias, y no se equivocó, porque tu ambiente será fundamental en tu forma de pensar, de ser y obrar. Esa es la razón por la que todos dependemos de todos, y tú necesitas de mí, y yo de ti. O dicho de otra forma: "Somos seres en relación y necesitamos caminar juntos para crecer y desarrollarnos". Es necesario vivir en comunidad y compartir para encontrarnos, conocernos y amarnos.

Y DIOS, Nuestro PADRE y Creador, no se ha olvidado de todo esto cuando nos creó. Entonces no sería DIOS. DIOS lo sabe y en cada momento de nuestra vida nos da lo que vamos necesitando y lo que realmente nos hace mejores. Porque de lo que se trata es alcanzar la salvación verdadera y eterna. De nada vale ser curado para unos años más si luego, la salvación eterna, se pierde.

Lázaro fue resucitado, para Gloria de DIOS, por JESÚS en un momento puntual y necesario para que muchos, allí presente, creyeran y se convirtieran, pero más tarde Lázaro tuvo que morir y dejar este mundo para alcanzar el verdadero junto a la presencia del PADRE. Y ese es el momento culminante de nuestra vida: "La muerte es la plenitud de la vida".

El ESPÍRITU SANTO sabe lo que nos conviene en cada momento, y eso es lo que nos dará. Ocurre que, en la mayoría de las veces, no lo entendemos así y queremos que nuestra petición y deseo prime por encima de la Voluntad de DIOS. Con una paciencia Infinita, Nuestro PADRE DIOS nos enseña cual es el Camino, la Verdad y la Vida en su HIJO JESUCRISTO, y el ESPÍRITU SANTO es el encargado de írnoslo revelando.

Pero hay algo que ESPÍRITU necesita, y es nuestra colaboración, pues para eso hemos sido creados en libertad. Tenemos, somos la única criatura que podemos decir "No" a DIOS, la capacidad de decidir y elegir por nuestra cuenta, pero si lo hacemos solos nos equivocaremos. Necesitamos del concurso del ESPÍRITU, nuestro verdadero maestro, para que nos indique el Camino, la Verdad y la Vida.

Eso hizo el Centurión, fiarse de JESÚS y todo lo pedido se hizo. Tengamos nosotros también la confianza de fiarnos y de confiar que Nuestro PADRE no nos dejará perdernos. Todo lo que ha hecho, hace y hará será para nuestra verdadera salvación. ¡Somos sus hijos!