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martes, 25 de agosto de 2009

¿QUÉ DERECHOS HUMANOS?


Me pregunto por los derechos humanos, pues hoy no se oye sino reivindicarlos a todas horas. Siempre que hay una oportunidad para dirigirse al pueblo, se destaca el trabajar por los derechos humanos, pero, la pura realidad, es que todo queda en costumbre y hábito del guión que no puede faltar. Broche de oro que enaltece el discurso y le da sentido a la verborrea, pero de ahí no pasa, porque en el terreno de la vida los derechos humanos siguen pisoteados tal cual lo eran en tiempo de nuestros hermanos de color, en aquellos tiempos, que ellos saben, conocen y vivieron como nadie.


¿Nos parece que nuestro mundo, ¡porque es el nuestro!, ha mejorado y ha abolido la esclavitud?¿Nos parece que gracias a esos partidos liderados por destacados hombres del pensamiento y la política han acabado con las desigualdades e injusticias que excluían a los hombres y calificaban a unos objetos y a otros personas. ¿Nos parece que esa monstruosidad ha pasado a mejor vida y que hoy la verdad y la caridad se unen para, en fraternal convivencia, hacer de nuestros pueblos lugares de convivencia en justicia, solidaridad y paz?


¿Nos parece hermoso que nuestros discursos estén cargados de propósitos y esperanzas que alimentan nuestros deseos de habitar un mundo mejor y en progreso que hacen del hombre una criatura, cada día, más humana, más perfecta y más plena de un nivel de vida confortable y gozoso?¿Nos parece que todo vale la pena y que el mundo gira hacia una meta más en consonancia con el ideal de todos los hombres: "la felicidad"?




Sin embargo, todo esto es pura ficción y un parecido con la realidad sería extraña coincidencia, porque lo que vemos a nuestro alrededor no coincide en nada con lo que se habla y dice. Y ahí estamos todos incluidos, los de dentros y los de fuera; los de color y los blancos; los esclavos y los llamados libres aparente, más no en verdad y caridad; los de arriba y los de abajo; los sabios y los necios; los intelectuales y los ignorantes; todos los que no se esfuerzan en poner su voluntad al servicio de la Verdad y el Amor.

Hace días, escribía en este mismo blog, sobre lo diferente que son los conceptos amar y querer. Porque solemos confundirlos dándoles el mismo valor. En la lengua hebrea, amar es muy diferente a querer, por eso JESÚS en el Evangelio le interpela a Pedro sobre la pregunta: ¿Pedro, me amas más que estos? Trata de decirnos que nuestro amor debe ser como el Amor que ÉL nos ha testimoniado, como el Amor que ÉL nos ha demostrado y enseñado. Ese es el verdadero significado de la palabra Amor.

Quedé gratamente sorprendido cuando el la homilía del hoy, fiesta en mi localidad del Patrono (San Gines), Arrecife de Lanzarote, el sacerdote, Carlos María, un joven presbítero a quien ya conocía y sabía de su muy buena formación, hacia alusión a esta diferencia de conceptos. Confieso haberme emocionado y sentir un gozo que me ha confortado y animado gratamente. Es la experiencia de la asistencia del ESPÍRITU que me ha llevado allí sin ser la hora a la que acostumbro a ir y sin saber cómo me decidí a hacerlo con casi el tiempo justo. Indudablemente que la experiencia da para más, pero sus frutos los volcaré en "de dodim a agapé" como criterios que me han encendido el camino a seguir.

Hoy, a parte de compartir esta humilde vivencia, quiero proclamar las injusticias que actualmente se siguen cometiendo en nuestro mundo actual. Nada ha cambiado, bueno, diría que sí ha cambiado algo ha sido para empeorar las cosas, y me refiero al lado espiritual y de los valores que son los que dignifican a la persona humana. Estamos separando la dignidad de la persona de su propia esencia, y tratándola como algo cosificado y de un valor productivo o mercantil. Basta ofrecerle en la línea que he seguido ultimamente, este importante trabajo que acabo de recibir. Juzguen ustedes por sí mismo.


De la trata de negros, a la trata de embriones

Fuente: Yo Influyo
Autor: Equipo yoinfluyo.com


El 26 de agosto, conmemoramos el Día Internacional de la Trata de Negros y la abolición de esta práctica tan deleznable. Y por lo mismo, en yoinfluyo.com nos adelantamos a la fecha para hacer una reflexión sobre ella.

Antaño era más evidente que ahora la creencia de que algunos seres humanos valían más que otros. Tal era el caso de las personas de color, quienes eran objeto de abusos y explotaciones por parte de sus "dueños" y "patrones", y todo por las diferencias en su piel.

Todo lo anterior se basaba en el argumento de que una raza era mejor que otra y por una característica tan accidental como el color. ¡Qué absurdo!

No obstante, aunque ese tiempo parece distante, después de que en guerras, como la de Secesión en Estados Unidos, los hombres del norte pelearon contra los del sur por el abuso que estos últimos –claro, no todos– infringían sobre los esclavos negros; después de que hombres como Martín Luther King y mujeres como Rosa Parks lucharon por sus derechos en la década de los 60... Después de todo y después de tanto, el hombre le sigue abriendo la puerta a la esclavitud.

Tal vez no es tan evidente, tal vez no se da entre negros y blancos, entre arios y judíos, pero existe y sigue el mismo patrón: el fuerte somete al débil, a aquél que no se puede defender, y en algunos casos, ni si quiera objetar...

Estas nuevas esclavitudes no sólo trascienden a los medios de comunicación, aunque éstos en ocasiones las ponen sobre la mesa, o peor aún, las fomentan.

Estas nuevas esclavitudes nos acorralan sin que nos demos cuenta y nos sumergen en dilemas éticos de los que es difícil salir, pues una vez adentro, la línea que distingue el bien del mal adquiere un color gris, y se vuelve fácil cruzar de un lado a otro.




Uno de los peores ejemplos de esta nueva esclavitud, la encontramos en lo que nosotros denominamos "trata de embriones", en su instrumentalización y uso como un producto, como un medicamento.

En octubre de 2008 muchos nos estremecimos con la historia de Javier, el llamado "bebé medicamento". ¡Cuánta contraposición hay en esas dos palabras: bebé (una persona con dignidad) y medicamento (uno de los inventos del ser humano más necesarios que tiene la finalidad de preservar la vida, pero producto a fin de cuentas).

Javier nació mediante la reproducción asistida, porque sus padres lo decidieron; de todos los embriones creados, sólo él cumplía con los requisitos necesarios. De lo contrario, nunca hubiera visto la luz del día.

Javier es prueba viviente de una persona que se equipara a un producto fabricado –como es un medicamento, con "el objetivo" de curar a otro ser humano, en este caso, a su hermano Andrés, víctima de una anemia congénita severa.

Y así como Javier, seguramente hay un Juan, un Antonio, una María o en el futuro los habrá. Tú, querido amigo, pudiste haber sido "creado", no por ti mismo, sino por lo que tus células o tu cordón umbilical pudieron haber hecho por alguien más. ¿Fuerte, no?

Ahora, entre las muchas esclavitudes a las que estamos sometidos, la "trata de embriones" se constituye como un mal grave; sin embargo, no es visto como tal, pues lamentablemente existen leyes de reproducción asistida que no sólo no sancionan esta práctica, sino que también dan la idea de su bondad y del avance que implica.

Y es cierto, es un avance científico de tremendas consecuencias, pero a costa de mucho; es un "progreso" que a la larga sale muy caro, pues va de por medio la persona misma.

En lenguaje llano, la "trata de embriones" es la instrumentalización del ser humano, es poner un embrión a nuestro servicio, usarlo a nuestra conveniencia; es una nueva forma de sometimiento del más débil. Y cuando ese niño crezca y se dé cuenta de la realidad, ¿quién reparará los daños emocionales?, ¿quién sanará las heridas?

Si en el cine se trata este tema, como La decisión más difícil, tal como plantea la última cinta de Cameron Díaz, ¿por qué no tomamos la fácil y nos oponemos a este tipo de injusticias, y tal como en el pasado, luchamos para erradicarlas?

A fin de cuentas, la decisión es nuestra.

4 comentarios:

  1. Uy , los derechos. Cómo se ha manipulado de forma aberrante esta hermosa palabra. Como han hecho con la del amor, la fidelidad, la Fe, La Vida. Derechos. Lo más exigido por una sociedad que no respeta el más sagrado. La Vida. Volvamos a colocar en su sitio cada palabra que dignifica a la persona y no llamemos a las cosas por lo que no son. Gracias Amigo por esta magnifica reflexión.

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  2. Hola, Salvador:
    Creemos que vivimos en un mundo desarrollado, vanguardista y que no nos queda nada por descubrir... Qué equivocados estamos. La mente humana aún debe desarrollarse hasta el punto de acabar con las guerras, la esclavitud, el maltrato, la discriminación... Hasta que esto no suceda, no habremos evolucionado.
    Un fuerte abrazo y muchas gracias por dejar tus sabios comentarios.

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  3. Se hace necesario publicar donde está el destino del hombre y, se quiera o no, como el hombre no podrá, aunque lo rechace, eludir el camino y fin al que ha sido llamado. Todo lo que sea apartarse de su vocación amorosa será camino de muerte.
    Gracias Ángel por tu comentario y un fuerte abrazo en XTO.JESÚS para toda la familia.

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  4. Así es, Rosa, sólo cuando el hombre encuentre la paz, la justicia y la vivencia del amor agapé será hombre en plenitud, mientras somos peregrinos que caminamos hacia ese fin. Y sólo en, por y con JESÚS podremos encontrar ese destino pleno.
    Un fuerte abrazo en XTO.JESÚS.

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