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domingo, 22 de junio de 2008

SI EXPERIMENTO, ENSEGUIDA LO COMPRENDO


No puedo quitármelo de la cabeza. ¡Cuanta gente lo está pasando muy mal en este momento! Y es que el dolor no se comprende sino cuando tú mismo lo padeces. Me inquieta el experimentar cuanta gente, en este preciso momento, están deshidratadas y acabando su vida por inanición. Claro, desde tan lejos y sin experimentarlo se hace difícil comprenderlo.



Propongo el experimentar una vivencia de abstenernos, por un solo día, de lo habitual y ayunar. Observen que no digo, no comer, sino esforzarnos en no comer lo habitual y pasar un poco de hambre, es decir, lo que entendemos por hacer un régimen. Hagámoslo y después saquemos conclusiones.



Me escandaliza, un poco, el ver a nuestro Papa caminando por sus jardines, acompañado del presidente Bush, en un lugar muy reconfortante, cómodo y sin ningún tipo de necesidad. Trato de comprenderlo, pero no puedo evitar escandalizarme. Le pido al SEÑOR paz, sabiduría y fortaleza para saber aceptar y comprender nuestra impotencia de no poder hacer lo que otros tienen que hacer.



El mundo es de todos, y eso obliga a todos a poner cada uno su granito de arena para que todo sea suficiente para todos. Es necesario jugar con la palabra todos, pues todos implica igualdad, comunidad, hermandad, fraternidad... etc. Nuestro PADRE vino para salvar a todos, y todos somos sus hijos, tanto el que viene de lejos, como el prodigo, como el que está en casa con ÉL. Todos es el adjetivo numeral que acompaña al sustantivo, pero el sustantivo es la prioridad.



Yo soy un cristiano creyente y coherente donde quiera que esté. Ésta es la prioridad, yo soy, y lo que acompaña son los adjetivos: generoso, disponible, fraterno, entregado, comprometido, responsable, justo... etc. Y hacedor según los Mandatos del SEÑOR, mi PADRE. Yo soy un Presidente que siente los padecimientos de mis hermanos que mueren de hambre; yo soy un político que se duele de las injusticias que sufren todos, pero aún si cabe, los más necesitados, yo soy... etc. Esto es lo importante y de lo que seré juzgado. Yo soy un Presidente cristiano, donde quiera que esté. Yo soy un político cristiano, donde quiera que esté. Yo soy un... etc. Primero soy cristiano católico y después actúo donde el SEÑOR me haya puesto. De esta forma las cosas tienen que cambiar y se notarían, pero mientras esto no sea así, no cambiaran de la forma rápida que debiera hacerlo, pues depende de todos.



Por eso me duele mi impotencia de no saber que hacer o de no poder hacer más de lo que puedo. Ahí me libero de mi pecado de escándalo al comprender al Papa, e incluso a Bush. DIOS sabrá en su Divina justicia juzgar las buenas intenciones de cada uno, pero si, es verdad que todos somos culpables.



Trato pues, de no sólo comprender, sino de actuar y de acercarme lo más posible al dolor de mis hermanos que sufren. Y no pudiendo hacer nada por ellos, si renuncio a lo que puedo renunciar como es el darme enorme y suculentos banquetes, mientras otros carecen de lo que incluso nosotros desperdiciamos y arrojamos al cubo de la basura.



Hoy, por ejemplo, estoy invitado a un almuerzo familiar y tendremos, no grandes cosas, pero si una hermosa y abundante comida y bebida. Mis hermanos, los de Etiopía, por ejemplo, se estarán muriendo de lo más elemental, mientras yo como y bebo felizmente. No puedo resistir este tomar conciencia de lo que pasa, aunque sea a mucha distancia, son mis hermanos, son TODOS, hijos de DIOS como yo.



Y una cosa puedo hacer, ofrecer algo de lo que me voy a privar, para compartir mi dolor y mortificación con aquel que no le queda otro remedio que sufrirlo y padecerlo. Y ofrecerle al SEÑOR en sacrificio, esa oración privativa, para que los que puedan de una forma más general, concertada, universal, tomen las medidas para que el hambre desaparezca. Entre todos, unos con poco, otros con mucho podemos arreglarlos, y lo que no podamos, el SEÑOR lo terminará.



Gracias al SEÑOR por esta toma de conciencia y por recibir las fuerzas para poder ofrecerte algo de mí que pueda contribuir a paliar la mortificación de los demás. De TI hemos recibido todo y con todos hemos de compartirlos.



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